A lo largo del tiempo, en la cultura
occidental, los estudios de la lingüística se han ido anclando en las teorías
científicas dominantes, dependen del concepto general de la ciencia, de la
división de las ciencias, de los estudios gramaticales dentro de esta
clasificación y de su relación con conocimientos conexos, tales como la
psicología, la dialéctica, la retórica o bien el estudio de las obras de
literatura.
Importante y a la vez profunda es la conexión
entre los diferentes sistemas de pedagogía y el desarrollo de los estudios
lingüísticos; suficiente con pensar en el método de enseñanza en las
universidades de la edad media, que se basaba en la explicación global de un
texto gramatical o literario que se iba comentando a la vez que se leía de
acuerdo con unos aspectos muy puntuales y fijados tradicionalmente. Otro
aspecto esencial de esta cuestión fue la organización de determinados planes de
enseñanza o de textos obligatorios, ya fuera por imposición o sencillamente por
prestigio de una tradición, que formaba a los alumnos en conceptos gramaticales
provenientes de autores concretos. Hecho importante en el año 1587, en la
universidad de Salamanca, Francisco Sanchez de las Brozas llamado el Brocense
(1523-1601), fue denunciado por algunos alumnos debido a que explicó ciertos
problemas gramaticales por sus textos y no por los de Elio Antonio de Nebrija
(1441-1525), que eran los únicos que podían utilizar en ese curso.
Un invento revolucionario e importantísimo fue
la imprenta que podía variar en algunos pocos años los aspectos de algunos
problemas gramáticos y lingüísticos. No radicaba únicamente en el hecho de que
a partir de aquél invento los grupos sociales que anteriormente no tenían
acceso a la lectura ahora podían gozar de él, sino también sirvió para la
fijación de las lenguas.
En el mismo tiempo en que nació la imprenta
comenzó a generalizarse el uso del alfabeto como manera para ordenar los
diccionarios; el sistema alfabético de clasificación del léxico estableció que
los vocabularios fueran un método de consulta asequible, puesto que hasta ese
momento se presentaban a las palabras conglomeradas en campos de significación:
el cuerpo humano, causas, etc.
EL CAMBIO RENACENTISTA
Llegado el renacimiento se cambió el modo de
ver el mundo, el mismo fue que dirigió hacia la redacción y publicación de
gramáticas de las lenguas nacionales -llamadas "vulgares" por
oposición a las "clásicas"-, así mismo a la codificación de la
ortografía: se publicaron gramáticas para aprender lenguas de otras naciones
que en distintos casos, como en la actualidad, se presentaban como simples
diálogos de la vida rutinaria y cotidiana; también se editó diccionarios
berlingues en numerosas lenguas, como esos muy impresionantes de Ambrogio
Calepino que merecía el tratamiento que le daban; el mismo sistema se aplicó a
la descripción de los pueblos americanos, con la publicación de manuales y
vocabularios para aprender lenguas como el zapoteca o maya.
LA TRADICIÓN GRECOLATINA
Cuando se estudia la evolución de los
problemas gramaticales y lingüísticos en Occidente, la parte más importante a
considerar es la supervivencia de componentes que pertenecen a la tradición
grecolatina.
Dicha tradición se presenta en aspectos
fundamentales, como la forma paralela lógico-gramatical, que se trata de una
identificación de las categorías gramaticales con las de la lógica -la acción y
el verbo- o el establecimiento de la gramática latina como modelo; a partir de
ahí que se posibilite encontrar gramáticas que en el siglo XX intentan declinar
la palabra "casa". Parece obvio que en Europa la enseñanza de la
gramática se ocupaba fundamentalmente, en la enseñanza de la gramática latina; y
en casos más extremos, la enseñanza de la gramática de las lenguas romance se
consideraba como un camino para adquirir la latinidad.
Además del movimiento renovador del siglo XX
existen también elementos que vienen de la tradición clásica; como el
mantenimiento de términos técnicos como sujeto, preposición o
artículo. De manera más simple se mantienen otros conceptos o visiones
particulares de la realidad lingüística. Mediante las nuevas corrientes de
pensamiento teórico, se nota que se mantiene vivo el interés por la lengua
literaria frente a la lengua coloquial, a la que los griegos consideraban una
degradación de la anterior. Es importante señalar que para los griegos, la
gramática tenía el fin esencial de preservar el griego literario para que no se
corrompiera o contaminara. De esta tradición proviene también el uso de
ejemplos, obtenidos de los textos consagrados por su valor literario. En
el Esbozo de la nueva gramática de la Real Academia Española, en el
año 1973, se plantean determinados vocablos y construcciones, y se eligen como
ejemplos la frase "un viejo resplandor en el oriente y otro en el
occidente", de Jorge L. Borges, o "de ese cuarto pasaba a otro
exactamente igual", extraída de Cien años de soledad, de Gabriel
García Márquez, la Real Academia mantiene el viejo modelo grecolatino de
seleccionar los ejemplos de uso gramatical de autores que pertenecen al área
especial de "autoridades". Lo nuevo
del Esbozo académico fue ampliar la lista hasta escritores actuales,
pero se mantiene el mismo problema de supervivencia de un modelo de ejemplos de
acuerdo con la lista de escritores "autoridades".
LA PIEDRA ROSSETA
Esta piedra antigua es parte de una estela proveniente de Egipto, de granodiorita, lleva inscrita una orden dictada en Menfis (196 antes de Cristo), como lo ordenó el faraón del momento, Ptolomeo V. Dicho decreto está en tres formas de escritura; jeroglíficos egipcios, escritura demótica y griego antiguo. La piedra Rosseta fue de vital importancia para el entendimiento de la escritura egipcia ya que se podía usar el griego como medio de comparación gracias a este fragmento.
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