STURMD UND DRANG

Goethe y Schiller
Oleada de preromántico espíritu revolucionario, al Sturm und Drang se adscribieron por un tiempo las dos grandes figuras de la literatura alemana: Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) y Firdrich Schilller (1759-1805), que atemperarían en su obra conjunta el irracionalismo y el subjetivismo que a través de Herder insufló Johann Georg Hamann en el Sturm und Drang (el nombre procede del título de una obra dramática de F. M. Klinger, estrenada en 1776). Reacción contra el espíritu de la Ilustración (Aufklarung, en Alemania) y su racionalismo, poco fructíferos en Alemania literariamente hablando (encarnados en la figura del preceptista prusiano Christoph Gottsched, 1700-1766), gracias al Sturn und Drang y también a la influencia de Jean-Jacques Rousseau, las letras alemanas alcanzaron un periodo de auge creativo, que perduraría mucho tiempo después.
Goethe: vida y obras

La obra de Goethe
Fue inicialmente poeta y comediógrafo y en 1773 produjo su primera obra literaria importante: el drama revolucionario Goetz de Berlichigen. Siguió a éste el célebre Werther, novela que hizo furor en su tiempo y que tiene por desenlace el suicidio final de su protagonista. De la misma época son los dramas Clavigo (1774), Urfaust (1774), y Stella (1775). Del conjunto de su producción dramática hay que citar por su significación Triumph der Empfindsankeit (Triunfo de la sensibilidad, 1778) y los grandes dramas del periodo neoclásico que son Iphigenie auf Tauris (1787), Egmont (1788) y Torquato Tasso (1790). Expuso Goethe su ideario a través de las novelas filosóficas Wilhelm Meisters Lehrjahre (Años de aprendizaje de Wilhelm Meister, 1795) y Wilhelm Meisters Wanderjahre (Años de vagabundeo de Wilhelm, 1821-1829); ambas obras constituyen el denominado género del Bildungsroman (novela de formación), así como con Die Wahlverwandschaften (Las afinidades electivas, 1809), creó un modelo de novela psicológica. De su poesía lírica descuellan las Romsche elegien (Elegías romanas, 1795) –fruto de la mencionada estancia en Italia, huyendo de Weimar, que a un tiempo lo mimaba y lo asfixiaba, menguaba su fervor creativo– Venezianische Epigrame (Epigramas venecianos, 1796) y Westostlicher Divan (Diván occidental-oriental, 1814).
El "Fausto"
Al género épico-idílico se adscribe el poema Hermann und Dorothea, de 1798. Dejó también ensayos importantes sobre diferentes temas –de los que puede citarse Winckelmann und sein Jahrhundert (Winckerlmann y su siglo, 1805)–, la correspondencia con Friedrich Schiller y las memorias tituladas Aus meinem Leben: Dichtung und Wahreit (De mi vida; poesía y verdad, 1811-1830), si bien su más preciado legado es la tragedia en dos partes Faust, a la que dedicó prácticamente su existencia el genio de Weimar y que resume todo su valor universal al reflejar la inquietud de su tiempo frente a la irrupción abrumadora e inevitable de una nueva época que, como todo lo desconocido, no deja de producir temor al hombre.
Antecedentes del "Fausto"

FRIEDRICH SCHILLER
Johann Christoph Friedrich von Schiller sigue a Goethe en el orden de preeminencias del mundo literario alemán. Hijo de un médico cirujano militar, estudió medicina en la academia militar de Stuttgart. En franca rebeldía, se interesó Schiller por la literatura revolucionaria de la época (la del Sturm und Drang) y en 1781 estrenó el drama antiautoritario Die Rauber (Los bandidos). Consecuencia de ello fue su huida de Mannheim al año siguiente y ulteriormente la fundación de la revista Rheinische Thalia, dedicada a la actividad teatral. Hizo entonces amistad con Charlotte von Kaib, una dama influyente y sensible, que le dio amparo e instrucción.
En Dresde lo acogió el jurista C. G. Korner, que le invitó a suministrar a su fervor y estusiasmos juveniles la adecuada base ideológica y estética, y en Weimar (1787) buscó la amistad de figuras como las Herder y Goethe. Su afición profunda a la investigación de tipo histórico le permitió obtener en 1789 una cátedra en la universidad de Jena. Defensor teórico de la Revolución francesa (que lo hizo ciudadano de honor de la República). Schiller se distanció de sus efectos prácticos y buscó refugio en el idealismo del filósofo Kant. En 1790 se casó con Charlotte von Lengefeld y mediante las revistas Die Horen y Musenalmanach (periodo 1794-1800) colaboró asiduamente con Goethe en pro de los ideales humanistas y de una cultura nacional alemana que se fundara en ellos. Instalado definitivamente en Weimar en 1799, murió como Goethe en esta ciudad cuando estaba escribiendo la tragedia Demetrius. Dejó tras de sí una extensa obra dramática, teñida algunas veces de un excesivo dogmatismo ideológico, de la que descuellan principalmente piezas escénicas como Die Vershworung des Fiesco zu Genua (La conspiración de Fiesco en Génova, 1783), Kabale und Liebe (Cábalas y amor, 1784), Don Carlos (1787), la trilogía de Wallesntein (1798-1799), María Estuardo (17801), Die Jungfrau von Orleans (La doncella de Orleans, 1802), Die Braut von Messina (La novia de Mesina, 1803) y Guillermo Tell (1804), dramas todos ellos de carácter histórico en su inspiración.

Fue así mismo un notable cultivador de los géneros poéticos del himno –como An die Freude (A la alegría)– y de la balada: entre 1800 y 1803 se publicaron dos volúmenes de sus poesías. Escribió una historia de la independización de los Países Bajos del yugo español (1788) y otra de la guerra de los Treinta años (1791-1793) y dejó también valiosos ensayos. Entre estos últimos destacan Uber Anmut und Wurde (De la gracia y la dignidad, 1793), Uber das Erhabene (De lo sublime, 1794), Briefe uber die asthestische Erziehung des Menschen (Cartas sobre la formación estética del hombre, 1795) y por último, Uber naive und sentimentalische Dichtung (Sobre la poesía ingenua y sentimental, 1796). En filosofía siguó Schiller a Leibniz y a Kant y estimó el estado estético como el estado más valioso, como la forma que adopta la conciliación de lo sensible y de lo moral, conceptos fundamentales de su manera de pensar.