CONTRIBUCIÓN DE LAS LENGUAS MODERNAS
Así como las lenguas antiguas intervinieron en el proceso de formación del castellano, también actúan hoy las modernas en su evolución y enriquecimiento. Cabe destacar: galicismos, anglicismos, italianismos y germanismos.
Galicismos
Son las voces y giros procedentes del francés. Entre ellos tienen importancia: brebaje, libertinaje, cofre, jaula, manjar, resorte, galante, hotel, etiqueta y rango.
La moda y el cine divulgan más y más los galicismos no aceptados, como : soireé, bouquet, y otros, indicio a veces de pedantería en la conversación y desatinada tendencia a la innovación extranjerizante en algunos escritores.
En castellano, el verbo "hacer", cuando no está en construcción impersonal, indica acción ejercida sobre una materia dada; "hacer tortas", "hacer una casa", por ejemplo, son expresiones correctas, pero no aquellos giros verbales imitados de la lengua francesa, por no contar ella con las voces equivalentes a: callar, aludir, referirse, omitir. También es necesario el uso del adjetivo petit equivalente a "pequeño".
Anglicismos
Son vocablos procedentes de la lengua inglesa, que el castellano ha ido incorporando a través de sus contactos, alianzas o conflictos de comercio y cultura.
Entre los anglicismos antiguos, figuran varias designaciones referentes a la navegación, algunas de las cuales se introdujeron indirectamente a través del francés: draga, dragado, rumbo, rada.
Los más recientes, en su mayoría se refieren a la industria, la política y el deporte: tranvía, líder, mitin, fútbol, deporte, boxeo, básquet, voléibol, tenis, revólver.
Entre los anglicismos incorrectos abundan las denominaciones perifrásticas construidas con la idea determinativa y que, por lo tanto, equivalen al adjetivo, antepuesto a modo de epíteto. Esto es imitación directa de la sintaxis de la lengua inglesa, que, como todas las lenguas germánicas, hace preceder siempre el adjetivo al sustantivo. Por ejemplo: Jockey club es, en realidad, para nuestra lengua club de Jockey; Plaza hotel es Hotel Plaza, etcétera.
Italianismos
Son las voces procedentes del italiano. Comenzaron a afluir hacia España en la época de la dominación aragonesa sobre Nápoles (siglos XV - XVI). Estas voces se refieren particularmente a las letras, las artes en general, la guerra y la cocina: terceto, soneto, diseño, fachada, batuta, piano, gaceta, novela, máscara, capricho, espagueti, etcétera.
Entre los barbarismos sintácticos surgidos por imitación de la lengua italiana, cabe citar construcciones como "vengo de la maestra", "voy a la vecina", por "vengo de la casa de la maestra", "voy a la casa de la vecina".
Germanismos
Son voces procedentes del moderno alemán. Se refieren en su mayoría, a elementos bélicos, y al vestuario: guerra, heraldo, yelmo, espuela, rocín, brusco, ropa, toalla.
DIFUSIÓN DEL CASTELLANO
Actualmente el castellano es la lengua romance de mayor extensión; por la cantidad de hablantes, ocupa el segundo lugar entre los idiomas vivos. La difusión geográfica del castellano es:
a) España, donde es lengua nativa y oficial. Al ser lengua del Estado, la Real Academia Española ha sustituido el nombre de "lengua castellana" por el de "lengua española".
b)América central insular, la mayor parte de América del sur y parte de América del norte.
c)Antiguas colonias españolas: del norte de África, donde coexiste con lenguas autóctonas, Sahara Occidental, Guinea Ecuatorial y Filipinas (alrededor del 3% de la población).
d) La hablan también los judíos sefardíes, que en infinidad de grupos ocupan diferentes puntos de la Tierra, especialmente Israel, Turquía, y Grecia.
Cabe señalar que esta gigantesca masa lingüística no es homogénea. Existen dialectos y formas especiales de expresión dentro y fuera de España.
DOCUMENTOS CLÁSICOS DE LA LENGUA CASTELLANA
Una serie de fragmentos literarios en los cuales es posible observar las modificaciones que fue sufriendo el castellano como lengua escrita.
Los párrafos están extraídos de obras significativas elaboradas entre los siglos X y XVII. Literariamente: desde los primeros documentos en castellano hasta la llamada "Edad de Oro", cuyo principal representante fue Miguel de Cervantes Saavedra.
Siglos X y XI
En el siglo X, los notarios se veían en la necesidad de establecer en acotaciones marginales el vocablo derivado por deformación de las voces latinas, ya enteramente olvidadas. Así ocurre en las Glosas Emilianenses del monasterio de San Millán de la Cogolla, donde se aclaran las voces siguientes con su respectivo término castellano:
- suscitavi: (levantat);
- conmotiones: (moveturas);
- submersi: (trasntorné);
- et tertius veniens: (elo terzero venot).
Alfonso X El Sabio. Para la formación de la lengua castellana fue decisiva la intervención de este ilustre monarca, quien se rodeó de un nutrido grupo de eruditos colaboradores dedicados a la traducción de un buen número de obras, todas ellas de gran prestigio en la época (orientales en su mayoría). Con su labor de mecenas, Alfonso X consiguió que el castellano se convirtiera en una lengua con vocación universal.
Las glosas
El documento en prosa más antiguo que se conserva en castellano no pertenece a los Fueros, sino a las Glosas Emilianenses. He aquí un fragmento:
"Como adjutorio de nuestro dueno, dueno Cristo, dueno Salvatore, qual dueno get ena honore, equal duenne tienet ela madatione como Patrie, cono Spiritu Sancto, enos siéculos de los siéculos, Fácanos Deus Omnipotes tal servicio fere que denante ela sus gaudiosos seyamos. Amen"
Las Glosas Silenses, o sea, las elaboradas en el monasterio de Santo Domingo de Silos, escritas igualmente en el siglo X, tienen también un glosario:
- ignorante: (non sapiendo);
- martiria: (reliquias);
- absente: (luengo estando);
- quod: (por ke);
- revertente: (retornando);
- pudoris: (de la vergonia).
En pos de las "glosas", los filósofos descubren, en los documentos jurídicos denominados Fueros, rastros de la evolución de la lengua; no ya por anotaciones, sino por interpolación directa de voces primitivas de aquel siglo. En el Fuero de Avilés, otorgado por Alfonso VII, se lee:
"Omne poblador de Abiliés quanta heredat poder comparar de fora, de terra, de villas, seia franca de levar en quesir, e de vender, e de dar, e de fazer de ela zo qu'il plazer, et non faza per ela nengunos servicio"
Al llegar al siglo XII, se observa que los documentos públicos están redactados en un latín ya casi enteramente castellanizado. El Consejo de Cuenca, en su dotación al Hospital de Santiago, declaraba en 1184:
"En el nombre de la Sancta Trinitat, la coal es ondrada e adorada de todos cristianos, cognoscita cosa sea a todos omnes, tan bien a los pressentes de como a los avenideros, que nos, el Consejo de Cuenca, fazemos carta de donamiento et de otorgamiento. Aquesta carta aquesto dono otorgó et confirmó el muyt noble Rey Don Alfonso."
Este idioma popular se introdujo en las cortes, llegó a los tronos y se deslizó por fin hasta en los labios de los reyes.
El documento en prosa más antiguo que se conserva en castellano no pertenece a los Fueros, sino a las Glosas Emilianenses. He aquí un fragmento:
"Como adjutorio de nuestro dueno, dueno Cristo, dueno Salvatore, qual dueno get ena honore, equal duenne tienet ela madatione como Patrie, cono Spiritu Sancto, enos siéculos de los siéculos, Fácanos Deus Omnipotes tal servicio fere que denante ela sus gaudiosos seyamos. Amen"
Las Glosas Silenses, o sea, las elaboradas en el monasterio de Santo Domingo de Silos, escritas igualmente en el siglo X, tienen también un glosario:
- ignorante: (non sapiendo);
- martiria: (reliquias);
- absente: (luengo estando);
- quod: (por ke);
- revertente: (retornando);
- pudoris: (de la vergonia).
En pos de las "glosas", los filósofos descubren, en los documentos jurídicos denominados Fueros, rastros de la evolución de la lengua; no ya por anotaciones, sino por interpolación directa de voces primitivas de aquel siglo. En el Fuero de Avilés, otorgado por Alfonso VII, se lee:
"Omne poblador de Abiliés quanta heredat poder comparar de fora, de terra, de villas, seia franca de levar en quesir, e de vender, e de dar, e de fazer de ela zo qu'il plazer, et non faza per ela nengunos servicio"
Al llegar al siglo XII, se observa que los documentos públicos están redactados en un latín ya casi enteramente castellanizado. El Consejo de Cuenca, en su dotación al Hospital de Santiago, declaraba en 1184:
"En el nombre de la Sancta Trinitat, la coal es ondrada e adorada de todos cristianos, cognoscita cosa sea a todos omnes, tan bien a los pressentes de como a los avenideros, que nos, el Consejo de Cuenca, fazemos carta de donamiento et de otorgamiento. Aquesta carta aquesto dono otorgó et confirmó el muyt noble Rey Don Alfonso."
Este idioma popular se introdujo en las cortes, llegó a los tronos y se deslizó por fin hasta en los labios de los reyes.
1 estaba (del verbo sedeo, sedes, sedere) (latín).
2 ambos
3 "Mala sorpresa, sabed les acontenció".
4 Los del cid hacen un escudo con la capa, "embrazándola".
5 donde se escondiese.
6 donde se.
7 Es decir: moriré aquí.
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