LITERATURA INGLESA DE LOS SIGLOS XVI - XVII
Particularmente fértiles en manifestaciones literarias fueron en Inglaterra los siglos XVI y XVII. Aunque autores menores, introdujeron nuevas formas poéticas (de procedencia italia por lo general) Thomas Wyatt (1503-1542), Thomas Sackville (1536 - 1608) y Henry Howard (1517 - 1547). Más destacado papel desempeña la figura de Edmund Spenser (hacia 1552-1599), que prolongó el mundo creado por Chaucer con fantásticas alegorías y obras como The shepheardes calender (El calendario del pastor, 1579). A sus últimos años pertenecen Colin Clout's come home again (El retorno de Colin Clout, 1595).
Como mecenas destacó sobre todo su protector sir Philip Sidney (1554 - 1586), autor de una historia de amor en sonetos petrarquistas, Astropehel and Stella (1580-1584), y de la novela pastoril The countess of Pembroke's Arcadia (La Arcadia de la condesa de Pembroke, 1950), imitación de J. Sannazaro. Creador del denominado eufuismo, movimiento que se ha parangonado con el marinismo italiano y el gongorismo español, fue John Lyly (entre 1554 y 1643, aproximadamente) con la novela satírica didáctica Euphes (1578). A jhon Lyly se le debe un nuevo tipo de comedia refinada. De entre sus obras escénicas cabe citar The woman in the mon (La mujer en la luna, 1597).
Pioneros de una nueva época de la poesía fueron Ben Jonson (1572-1637), cuyas medidas más logradas son Volpone (1605) y The Alchemist (El alquimista, 1610); Thomas Campion (1567-1620) que abogó en poesía por el sistema cuantitativo en detrimento del uso de la rima, y John Done (1572-1637), al que se considera el más representativo de los poetas llamados por Samuel Jonhnson "metafísicos" por el carácter hermético e intelectualizado de sus versos. Estimado como el mejor predicador de la época, su poesía, cuyos poemas más conseguidos se encuentran en la recopilación póstuma Songs and sonnet (Canciones y sonetos), no fue apreciada hasta el siglo XIX, gracias a Coleridge y a Browning.
Continuadores de esta poesía "metafísica" serán George Herbert (1593-1633), Richard Crashaw (entre 1612 y 1649, aproximadamente), Henry Vuaghan (1622-1659) y, sobre todo, Andrew Marvell (1621-1678), cuyas composiciones se recopilaron en 1681 y autor de poemas antológicos como The defition of love (La definición de amor) y Tohis coy mistress (A su esquiva amante).
Jhon Milton en el Paraíso Perdido
Otra figura señera del siglo XVII es la de John Milton (1608-1674), que con la epopeya religiosa en diez cantos Paradise lost (El paraíso perdido, 1667, con doce cantos, 1674) marca un importantísimo hito en la lírica inglesa de todos los tiempos. El asunto del Paraíso perdido no es otro que el de la caída de los ángeles rebeldes y la expulsión de Adán y de Eva del jardín del Edén, con la presencia de Ariel, o Lucifer, personaje que cobrará con el romanticismo una particular significación.
Tanto el Paraíso perdido como la tragedia monumental Samson Agoniste (1671) los escribió Milton cuando ya se había vuelto ciego (en la tragedia citada hace la apología de Sansón, el personaje bíblico que acepta la muerte para destruir a los enemigos de la patria) y había visto fallidos sus ideales políticos (en defensa del republicanismo hizo también la apología del regicidio entre 1659 y 1651).
Paraíso Perdido.
LOS POETAS "CAVALIERS"
Por su elegancia mundana y complejidad y agudeza cortesana se dio el nombre de cavaliers a un grupo de poetas, en parte relacionados con los "metafísicos", del que formaron parte destacada John Suckling (1609-1642), Thomas Carew (entre 1595-1640 aproximadamente), Richard Loverlace (1618 - hacia 1658) –que en 1642 compuso To Athea y tradujo Catulo al inglés– y Robert Herrick (1581-1674).
También merece tenerse en cuenta el nombre de George Chapman (1559-1634) entre los cavaliers no sólo como traductor de Homero, sino también por sus versiones de Juvenal, de Petrarca y del mismo Hesíodo. En la prosa de esta época, aparte del ya citado Tomas Moro, descuella como filósofo y humanista Francis Bacon (1561-1626), autor del Novum organum scientirum (1620) obra que ejerció una gran influencia en la Inglaterra del XVII y que durante el siglo XVIII tuvo importante repercusión en Francia.
En el género narrativo sobresalen los nombres de Robert Greene (1558-1592), autor de Greene's groatsworth of with bought with a million of repentance (Un céntimo de ingenio de ingenio de Greene, adquirido con un millón de arrepentimiento,1592). autobiografía de quien también cultivó la poesía y el género dramático; Thomas Lodge (1558-1625), que escribió el relato Rosalynde (1590) y fue en el género trágico fiel seguidor de Séneca; Thomas Nashe (1567-1601), con la sátira terrors of night (Terrores de la noche, 1594) y, finalmente, Thomas Deloney, autor de Fabliaux y de baladas.
Caso aparte es el de Robert Burton (1577-1640), que estudió teología en Oxford y dejó la célebre "Miscelanea de divulgación moral" titulada The anatomy of Melancholy (La anatomía de la melancolía, 1621).
EL TEATRO PRESHEAKESPEARIANO
Del teatro llamado presheakespeariano cabe destacar, entre otro títulos, la tragedia anónima Arden of Feversham, o The lamentable and true tragedie of M. Arden of Feversham in Kent), obra compuesta en torno al año 1586 e impresa en 1592, donde se refiere al crimen de una adúltera que con la ayuda de su amante da muerte al marido.
Se le considera uno de los primeros precedentes de la tragedia burguesa y por su contenido y contexto histórico ha atraído el interés de la crítica moderna.
Los dramaturgos más sobresalientes de este periodo son Thomas Kyd (1558-1594) y Christopher Marlowe (1564-1593). De la vida de Thomas Kyd pocos datos se poseen y la única obra que de él se ha conservado y a la que se debe toda su fama es The spanish tragedy, alrededor de 1592, uno de los dramas más importantes producidos por el Renacimiento y arquetipo de la denominada tragedia de la venganza. Mayor relieve tiene la figura de Christopher Marlowe, que cursó estudios en el Christ College, Cambridge, vivió en Londres a partir de 1586 y perteneció al círculo creado en torno a sir Walter Raleigh. A Marlowe se le deben principalmente trres significativos dramas; Tamburlaine the Great (Tamerlán el grande), Edwar II, y The jew of Malta (El judiío de Malta, representada en 1592 e impresa en 1633). La más madura de estas creaciones dramáticas se estima que es Eduardo II, que como el |Ricardo II de Shakeaspeare, trata del derrocamiento de un débil rey.
Aparte merece citarse la Tragical History of Doctor Faustus (La trágica historia del doctor Fausto), drama en verso y prosa, sin división en actos, que Marlowe compuso en 1588 y que se publicó anónimo en 1601 y con nombre del autor en 1604. Inspirado en la lectura de la traducción inglesa del Faustbuch (Libro de Fausto), popular obra alemana, refiere la historia de Fausto, el mayor teólogo de la ciudad que habita, que deseoso de de adquirir poderes mágicos y alargar el plazo de su existencia, establece, con su sangre, un pacto con Lucifer y adopta como criado al diablo Mefistófeles.
Destaca esta pieza escénica como nueva aportación al material que inspiraría posteriormente la célebre obra de Goethe y en tiempos más recientes la novela Doktor Faustus, de Thomas Manm. Envuelto en el misterio permanece todavía el trágico fin que tuvo Marlowe en una reyerta tabernaria. De El judió de Malta puede añadirse que su protagonista Barrabás, es en cierto modo el antecesor del Shylock de El mercader de Venecia, de Shakeaspeare.
La obra de Shakeaspeare
William Shakeaspeare nació en Stratford-upon-Avon en 1564 y allí dejó de existir en 1616 (23 de abril). Hijo de un burgués acomodado (de oficio) peletero y comerciante), John Shakeaspeare, se estima muy probable que estudiara en la Grammar School de Stratford.
De 1582 data su boda con Anne Hathaway, de la que tuvo tres hijos, y algunos años antes de 1592 marchó a vivir a Londres, donde trabajó como actor. Entre 1593 y 1594 aparecen sus dos poemas largos, de gusto marcadamente renacentista, Venus y Adonis, dedicados al conde de Southampton, y The rape of Lucrece (La violación de Lucrecia), para el mismo personaje.
Tras la epidemia en 1593, que obligó a clausurar todos los teatros de la capital, actuó en la compañía "del Camarlengo" en The Theatre, donde permaneció unos tres años, ya con cierto crédito como intérprete y también como autor dramático. De la representación de sus piezas teatrales se cuidó inicialmente su amigo Richard Burbage. La compañía dirigida por éste se incorporó más tarde a la Lord Chamberlaine's Company. A la muerte de la reina Isabel I en 1603, la compañía en la que intervenía Shakeaspeare se puso bajo la protección del rey Jacobo I y cambió su nombre por el de The King's Men ("Los hombres del rey").
En 1609 fueron publicados sus Sonetos (Sonetets) por Thomas Thorpe, textos poéticos muy poklémicos y que están dedicados a un tal Mr W. H. al que no ha podido identificarse. En 1623 dos de sus compañeros del teatro. J. Heminge y H. Condell, publicaron sus obras. Ésta es la edición llamada First Follo, el texto de mayor autoridad, basado en las mejores ediciones impresas o en los manuscritos del autor, cuidadosamente conservados por los citados King's men. Ya entonces Ben Jonson dijo de Shakeaspeare que "no fue sólo de una época, sino de todas las épocas".
La obra dramática
Para hablar de su producción dramática, de imposible fijación cronológica; se han establecido convencionalmente cuatro períodos creativos, que irían desde el Shakeaspeare juvenil (periodo que se data en 1595, aproximadamente) hasta el Shakeaspeare de The Tempest (La tempestad), fechada en 1611. Al primer periodo se adscribirían la trilogía Henry the sixth (Enrique VI), entre 1590 y 1591; Richard III (Ricardo III), que dataría en 1592; Titus Andronicus (Tito Andrónico, "Tragedia de la venganza" en la línea de Thomas Kyd y Séneca), quizá también en 1592; The comedy of errors (La comedia de los errores); The two gentlemen of Verona, fechada en 1594, al igual que The taming of the shrew (La doma de la furia o La fierecilla domada) y Love's labour's lost (Trabajo de amor perdido). Más dudosa aún es la inclusión en esta época de A midsummer-night's dream, en 1595 y de All's well that ends well (Bien está, lo que bien acaba), comedia a la que se han dado fechas tan alejadas como las de 1593 y 1603. Del mismo período son los poemas ya citados y algunos de los sonetos recopilados en 1609.
Teatro londinense "El globo" (año 1600)
Una segunda etapa creativa sería la comprendida entre 1595 y 1599, con el segundo ciclo histórico formado por Richard II, Henry IV y Henry V, la tragedia romántica de Romeo y Julieta y la mayor parte de los sonetos mencionados anteriormente. Al tercer periodo correponderían los años que van desde 1599 hasta 1608 o 1609, y sería la "época de las grandes tragedias" desde Julio César, 1599 hasta Coroliano, 1607, pasando por Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth y Antonio y Cleopatra) y de piezas como As you like it (Como gustes), Troilo y Cresida (algunos la sitúan en la segunda etapa) y Measure for measure (Medida por medida).
Finalmente vendría un cuarto y último periodo, en el que figurarían Cimbelino, entre 1609 y 1611; The winter's sale (El cuento de invierno), probablemente de 1610; The tempest (La tempestad), de 1611 y por último, King Henry VIII (Rey Enrique VIII).
Todo este conjunto constituye una de las creaciones literarias más universales que haya aportado el hombre y en esta apreciación a penas existen discrepancias. Ante la imposibilidad de considerar cada una de las obras citadas, cabe hacer una selección siempre discutible de estos dramas. Se incliye en tal caso Romeo y Julieta que presenta la historia de dos jóvenes amantes veroneses, a la trilogía trágica que forman Hamlet, con el célebre monólogo del "To be or not to be, that is the question" (Ser o no ser, he ahí el dilema); Otelo, el moro de Venecia atacado por el demonio de los celos y víctima candorosa de la perfidia de los hombres (de Yago en este caso, con otra víctima, que es Desdémona); El rey Lear, el anciano monarca al que abate el infortunio por haber creído en la bondad y en el reconocimiento allí donde no se encontraban, y por último, Macbeth, el noble escocés al que una desenfrenada ambición convierte en asesino. La exasperación, requisito de la tragedia, se une en estos títulos a una calidad poética que transforma el exceso, el énfasis, en símbolo universal.
La tempestad, en cambio, obra de sus postrimerías, muestra un mundo de en sueño, una especie de paraíso futuro, al tiempo que significativamente observa por una sola vez en toda su carrera de autor teatral la regla de las unidades clásicas. Entre los personajes del dramaturgo inglés cabe citar así mismo la jovial figura de sir John Falstaff, que impregna con comicidad todo el Enrique IV . La Italia del Renacimiento le inspiró comedias como Twelfth night (Duodécima noche) y Bien está lo que bien acaba, pero en Shakespeare fuentes e influencias de muy diverso origen se funden en el crisol de su genial inventiva.
El llamado teatro elisabetiano o isabelino no se agota, sin embargo, con su obra, y en su misma época y después de producirse su muerte laboran también para la escena una docena al menos de notables mediógrafos y dramaturgos.
El teatro elisabetiano.
De este teatro elisabetiano, que es el de la época de Shakespeare y en parte el que la continúa, cabe por lo menos citar al erudito George Chapman, más importante por sus traducciones de Homero al inglés que por sus tragedias (Monsieur d'Olive, 1606). Mayor relieve que Chapman tiene la figura de Ben Jonson (1573-1637). Contrapuesto a Shakespeare en carácter, temperamento y canones estéticos, fue sobre todo un espíritu satírico, inclinado siempre a moralizar y poco propenso a arrebatos poéticos.
Sus obras dramáticas más relevantes son Volpone, de 1605, que ofrece la tétrica y desolada visión de una humanidad movida sólo por la avidez del dinero; The alchemist (El alquimista), 1610, donde se flagela la impostura y la credulidad, y la comedia Epicoene, or The silent woman (Epicoene, o La mujer silenciona), fechada en 1609, considerada por john Dryden como la más perfecta de las comedias y tranformada en ópera por el compositor alemán Richard Strauss.
Con algunos logros de auténtica fuerza poética cultivó John Maston (1576-1634) la sátira, la tragedia truculenta y la comedia de diverso género. De esta producción escénica merecen destacarse The malcontent (El descontento), de 1604, la tragedia pasional The dutch courtezan (La cortesana holandesa), datada en 1605, y la comedia de carácter realista titulada Eastward hoe! (Atención al oeste!), escrita en colaboración con Chapman y con Jonson, también de 1605.
Thomas Dekker, Thomas Heywood y Thomas Middleton.
Hay que citar así mismo el grupo de los tres Thomas: Thomas Dekker, autor de una divertida cartilla para el rústico pretencioso que viaja a Londres y quiere estar a la moda; Thomas Heywood, y Thomas Middleton. De Dekker (1572-1632) son notables las piezas escénicas Old Fortunatus (El viejo Fortunato, 1600), The soemaker's holiday (La fiesta del zapatero, 1600), y The honest whote (La prostituta honesta, 1604). Colaboró ocasionalmente con otros dramaturgos como Middleton, Webster y John Ford y contra Ben Jonson escribió en 1602 Satiromatix.
Género predilecto de Thomas Heywood fue el drama pasional. Nacido en 1573 y fallecido en Clerkenwell London en 1641, se declaró autor de más de doscientas obras teatrales, aunque sólo ha nllegado hasta nosotros veinticuatro de ellas. En su teatro eminentemente burgués, trató de suscitar el horror y la reprobación frente al delito y la culpa (El adulterio, el vicio del juego, el uxoricidio son algunos de los temas que trata). Títulos más memorables son The english traveller (El viajero inglés, 1633) y sobre todo, A woman killed with kidness (Una mujer muerta con bondad), de 1607 probablemente, que por su vigor dramático y su patética belleza se considera su obra maestra.
En la obra de Thomas Middleton (1580-1621), por el contrario, predomina la comedia alegre y realista, inspirada en personajes de la burguesía y del pueblo de la city y con gran abundancia de expresiones licenciosas tocando en la procacidad.
De sus colaboraciones destacan las que realizó con el actor William Rowley (The changeling, esto es, El niño cambiado, de 1622) y con Thomas Dekker (The honest whore, en 1604). Entre sus piezas escénicas originales figuran A mas world, my masters! (Un mundo loco, señores míos!), de 1608 y A chastemaid al Cheapside (Una casta de doncella en Cheapside), compuesta en 1613. También con Rowley escribió The spanish gipsy (La gitana española, 1623).
El canto del cisne: John Ford y James Shirley
A la última fase de este periodo elisabetiano pertenecen John Ford (1586-1639), de un intelectualismo a veces refinado en extremo, y James Shirley (1596-1666), que ensayó todos los géneros con desigual fortuna.
John Ford comenzó en el teatro colaborando también con Dekker, John Webster y Rowley y en sus tragedias predomina generalmente el efectismo emotivo sobre la construcción dramática. Un cierto parecido con "Romeo y Julieta", tiene la más popular y divulgada de sus piezas: It's a pitty shees a whore (Lástima que seas una puta), escrita en 1626 y estrenada en 1633. Historia de un amor imposible en una ciudad italiana del Renacimiento, plantea en realidad, un caso de incesto en un clima de rebeldía moral y tiene un trágico final.
Otras obras notables de John Ford son The broken heart (El corazón roto,1633), The lover's melancholy (La melancolía del amante, probablemente de 1629), Love's sacrifice (El sacrificio del amor, 1633) y Perkin Warbeck (fechada en 1634).
De James Shirley puede decirse que es el último representante de este rico periodo de la dramaturgia inglesa. Su producción comprende unas cuarenta obras teatrales y entre ellas ocupan un lugar principal la tragedia The cardinall (El cardenal, 1652) y una vivaz comedia que titula Hyde Park (1637), cuadro costumbrista del Londres de comienzos del siglo XVI.
El masque, o máscara, un género dramático propiamente inglés, si bien de origen francés e italiano, fue también cultivado por James Shirley en su variante más espectacular (escenografía del célebre Iñigo Jones y música de W. Lawes y S. Ives, compositores entonces renombrados): así, The triumph of peace (El triunfo de la paz), masque representado con toda pompa en 1633.
Fecundo y mediano autor fue sir William Davenant, supuesto hijo natural de Shakeaspeare y amigo de John Milton, cuya obra más relevante es The siege of Rhodes (El sitio de Rodas, 1656), una tragedia musicada y al que se estima precursor de John Dryden.
LA RESTURACIÓN EN INGLATERRA. DEFOE Y SWIFT
Si en John Milton y en sus fervores prefético se cifra la revolución puritana, ésta se extingue prácticamente a finales del XVI al producirse la Restauración, que logra imponerse con todo su acarreo de racionalismo y de escepticismo y con lo que se ha llamado su "cínica frivolidad". El nuevo dictador del gusto es John Dryden, que nace en Aldwinkle All Saints (Northampton) en 1613 y muere en Londres el año 1700.
Dryden fue sucesivamente puritano, anglicano y católico y a la muerte del dictador Oliver Cromwell le dedicó sus Heroic Stanzas (1659). En defensa del anglicanismo escribió Religio laici (en 1682) para pasar luego a hacer la apología de la Iglesia católica en The hind and the panther (La cierva y la pantera, 1687). Hábil en todos los registros literarios, compuso poemas de argumento histórico y didácticos, sátiras contra personajes mal vistos en la corte, comedias, tragicomedias, odas en que imitaba las de Píndaro, etcétera. Consagró el Heroic couplet (el dístico de decasílabos rimados) como el principal metro neoclásico no dramático (Absalom and Achitophel, 1681).
En esta época de Dryden, también denominada "augustea", a penas hubo algún otro póeta de relieve y cabe citar tan sólo el nombre de Samuel Buttler (1612-1680), autor del inconcluso poema heroico-cómico Hudibras (entre 1663 y 1678), sátira ferocísima contra el puritanismo. Entre los dramaturgos, que reflejan una sociedadl amoral y licenciosa, figuran sin particular brillo George Etheredge (1635-1689) Venice preserved (Venecia salvada, 1682). En la prosa narrativa destaca la breve novela Oroonoko (1678) de Aphra Behn (1640-1689), idealización de la vida salvaje, y en general las obras de esta época poseen un valor más documental que literario o bien son de índole filosófica (como el Leviathan de Thomas Hobbes, que data de 1651), o bien se presentan en forma de memorias o diarios.
Entre los diaristas ilustres figuran John Evelyn (1620-1706) y Samuel Pepys (1633-1703). El diario íntimo de este último abarca de 1660 a 1669y se halla impregnado de hipocresía y de cinismo. Escrito en clave, sus anotaciones fueron descifradas en 1825 por John Smith y poseen un considerable valor histórico-cultural.
JOHN BUNYAN Y OTROS PROSISTAS
El prosista de mayor valía y aprecio del periodo fue el místico puritano John Bunyan (1628-1688), que escribió la autobiografía edificante Grace abounding (Gracia que abunda, 1666, 1668), la ficticia biografía realista-alegórica The life and death of Mr. Badman (Vida y muerte del señor Badman, 1680) y la que se considera su obra maestra. The pilgrim's progress (El viaje del peregrino, en dos partes, 1678 y 1679), uno de los libros más difundidos entre los protestantes de habla inglesa después de la Biblia.
De 1690 data la publicación de An essay concerning human understanding, (Un ensayo sobre el entendimiento humano), de John Locke, que es una de las obras capitales de la filosofía europea. Después de Thomas Otway, destacan en la escena William Congreve (1670-1729), con The way of the world (Así va el mundo, 1700), John Vanbrough (1664-1726) y el irlandés George Farquhar (1677-1707).
Gran importancia tendría para el desarrollo de la actividad literaria la concesión de la libertad de imprenta en 1695, con la consiguiente y acelerada progresión del periodismo y una más intensa colaboración cultural entre las diversas áreas del Reino Unido (numerosos escritores proceden de Irlanda y de Escocia). Una constante será la hegemonia del gusto burgués: mantenimiento del equilibrio y del decoro dentro de una línea flexiblemente realista. Otro fenómeno, extensivo a toda Europa, es el del predominio que hasta la llegada del romanticismo disfrutará la producción en prosa sobre la producción en verso.
DANIEL DEFOE, EL AUTOR DE "ROBINSON CRUSOE" (1719)
Fue Daniel Defoe (1660-1731), escritor al servicio de intereses políticos, además de agente secreto, censor oficial periodista y organizador de la propaganda contrarrevolucionaria, unas veces al serivicio de los liberales (Whigs) y otras al de los conservadores (tories), el primero en hacer de la literatura un oficio remunerado. Cargado de hijos y de deudas firmaba contratos por adelantado, presentando una especie de guión o sinopsis de lo que luego escribiría al editor correspondiente. De ahí la desigual calidad literaria literaria de sus escritos, lo que no le impedirá dejar obras tan inolvidables como el célebre Robinson Crusoe, novela de aventuras que compuso a los casi 60 años y que le hizo perseverar en este género narrativo con El capitán Singleton (1720) Memorias de un caballero (1720), Moll Flanders (1722) El coronel Jacque (1722) y Lady Roxana (1724), relato inacabado que protagoniza una aventurera de altos vuelos. En 1704 fundó Defoe el primer periódico de regular aparición en Inglaterra (The review).
Otra obra de Defoe que hay que citar es el famoso Journal of the pague year (Diario del año de la peste, 1722), gráfica y verídica relación de los estragos causados por la peste en Londres el año de referencia.
SWIFT Y GULLIVER
Después de Defoe, la figura más destacada de la época, ya dentro del XVIII, es la del irlandés Jonathan Swift (1667-1745), vehemente polemista y autor satírico, que dejó una obra tan universal como el Robinson Crusoe: Gulliver's travels (Viajes de Gulliver, 1726). Obra caracterizada por el duro sarcasmo que encierra y con el que el autor flagela la humanidad entera, no fue en absoluto concebida para un público infantil, a pesar de que para los niños se han hecho múltiples adaptaciones de las aventuras fantásticas que a Gulliver le ocurren entre los enanitos de Liliput y entre los gigantes de Robdingnag. Tanto Robinson Crusoe como los Viajes de Gulliver reflejan en sus páginas las principales y contrapuestas tendencias ideológicas dominantes en la primera mitad del siglo XVIII en Inglaterra.
La dictadura literaria de Pope
Dictador del mundo literario de aquel tiempo fue el poeta Alexander Pope (1688-1744). Traductor de Homero, trato de imitar la poesía de Virgilio y de Horacio y compuso, entre otras obras el poema heroico-cómico The rape of the lock (El rizo raptado, 1712) y una tediosa sátira. The Dunciad (1728, que amplió en 1729 y en 1742), contra los escritores que no eran de su agrado, si bien fue más un versificador adiestrado que un auténtico poeta. El puesto que dejó vacante Pope pasaría a ocuparlo muy pronto el doctor Samuel Johnson (1709 - 1784), cuya autoridad prevaleció en el periodo intermedio del siglo XVIII. Hijo de un librero fundó y dirigió dos periódicos literarios de efímera existencia, compiló un gran diccionario de la lengua inglesa con el objeto de defender su pureza y ocho días le llevó escribir una breve novela (lo hizo para poder pagar los funerales de su madre) titulada Rasselas (1759) cuyo protagonista es un imaginario príncipe etíope. También cuidó de una edición de las obras de Shakespeare y dio un valioso ejemplo de cómo ejercitar la crítica clásica moralizante en The lives of the englisht poets (Vidas de los poetas ingleses, publicadas en número de 52 de los siglos XVII y XVIII en 1781).
A su lado hay que situar a un ingenioso escocés llamado James Boswell (1740-1795), diligente y agudo biógrafo del doctor Johnson (The life of Samuel Johnson, 3 vols., 1791-1799). En el teatro la figura más descollante quizá sea la de John Gray (1685-1732), cuya obra más divulgada es The beggar's opera (La ópera del mendigo, fechada en 1728), que inspiraría muy posteriormente al dramaturgo alemán Bertolt Brecht.
Inglaterra del siglo XVII
Intelectualismo, rígido y exclusivo predominio de la razón, desconfianza respecto del sentimiento y del mundo no práctico, no utilitario, son rasgos característicos del siglo XVIII.
No tardan en aparecer, sin embargo las figuras de algunos tímidos disidentes, precursores inconscientes de la ulterior revolución romántica, que sostienen la voluntad de vida frente a la autoridad libresca. Entre 1726 y 1751 salen a la luz tres sintomáticas obras reveladoras del cansancio suscitado por ejemplo, por un Alexander Pope. Se trata de The seasons (Las estaciones), de James thomson (1700-1748); de The complaint, or Night thoughts (La lamentación o Pensamientos nocturnos, 1742-1744) de las Odas (1747) y de An elegy written in a country churchyard (Elegía escrita en un cementerio rural, 1751).
A James Thomson se debe así mismo The castle of indolence (El castillo de la indolencia, 1748) poema que suscitó el entusiasmo de John Keats. De inspiración prerromántica fue también William Collins, nacido en Chichester en 1721 y fallecido en el mismo lugar en 1759. Del naciente interés por el medioevo céltico y la antigua literatura escandinava fue testimonio de Thomas Gray, en la línea de la que surgiría la superchería del Ossian (Obras de Ossian, 1765) del escocés James Macpherson (1736-1796).
LA NOVELA SENTIMENTAL: SAMUEL RICHARDSON
Mayor importancia que esta lírica impregnada de vagas melancolías y difusas aspiraciones reviste la aparición contemporánea de la novela sentimental, lacrimógena, educativa en cuanto a sus intenciones, que vino de la mano de Samuel Richardson (1689-1761), un tipógrafo hijo de un ebanista, que eligió como protagonista de su Pamela, or Virtue rewarded (Pamela, o La virtud recompensada, 1740) a una bella sirvienta, siempre en peligro y siempre triunfante.
Su forma epistolar se extendió como una moda por toda Europa y la adoptaron, entre otros escritores, figuras como Jean-Jacques Rousseau (en Julie ou La nouvelle Héloise, 1761), Goethe (en Werther, 1774) y el italiano Ugo Foscolo (en Ultime latere di Jacopo Ortis, 1802).
En la misma modalidad escribió Richardson Clarissa (en 7 vols., a partir de 1747), sobre las desventuras de una muchacha de la burguesía, obra a la que siguió, con fatigosa prolijidad y monótono tono pedagógico, The history of sir Charles Grandison (7 vols., a partir de 1753). Elogiado por Diderot y por Lessing, Richardson sobresalió principalmente en el análisis psicológico y no tardó en ser parodiado por otros autores de la época. En otro plano diferente, del todo ajeno a las preocupaciones puritanas presentes en Richardson, se sitúa la obra del inquieto irlandés Oliver Goldsmith (1728-1774). Su producción más famosa es la novela The vicar of Wakefield (El vicario de Wakefield, 1766), que con el sentimentalismo entonces en boga presenta la difusa atmósfera de un idilio doméstico.
La ironia y el humorismo presiden las dos obras mayores de Laurence Sterne (1713-1768): la vasta y caótica novela Vida y opiniones de Tristam Shandy (1760-1767) y el breve e inacabado Viaje sentimental por Francia y por Italia, que data de 1768 y que se caracteriza por un sutil arte en el tratamiento de episodios e impresiones. Otras dos figuras relevantes son el inglés Henry Fielding (1707 -1754), que escribió comedias satíricas y ligeras, y el escocés Tobias George Smollet (1721-1771). Las obras principales de Fielding son las novelas Joseph Andrews (1742), con la figura del cínico que vive de engañar y robar al prójimo, y sobre todo, Tom Jones (1749), narración quye tiene que ver con el género de la picaresca. De Smollet cabe citar Las aventuras de Roderick Random (1748) y La expedición de Humpry Clinker (1771). En filosofía descuella David Hume (1711-1776), dentro de un racionalismo que deriva hacia el escepticismo idealista, y en el teatro se destacan George Lillo (1693-1739), con el lacrimoso drama doméstico El mercader en Londres (1731), y Richard Sherida (1751-1816), autor de Los rivales (1755) y de La escuela de la maledicencia (1777).
EL PRERROMANTICISMO.
J. MACPHERSON
Ya plenamente prerromántico es el último tercio del siglo XVIII, periodo que inició en 1760 el escocés James Macpherson (1736-1796), que seguiría Thomas Percy (Reliquias de la antigua poesía inglesa, 1765) y las falsificaciones de Thomas Chatterton (1752-1770) en Rowley poems (Poemas de Rowley y otros, 1777). Ya en William Cowper (1731-1800), al que se debe un valioso epistolario, se anuncia Wordworth en el poema The task (La tarea, 1785). Principal representaten de la novela gótica, horripilante, es Horace Walpole (1717-1797) con The castle of Otranto (El castillo de Otranto, 1764). Sus continuadores serán Ann Radcliffe (1764-1826) y M.G. Lewis (1775-1818), y en el Vatherk (1784), de William Beckford (1759-1844), lo sobrenatural se sumará a lo exótico oriental. En contraste con estas obras está la producción de un mesurado realismo de Jane Austen (1775-1817), que de un modo provinciano y limitado, el único por ella directamente conocido, extrajo novelas como Orgullo y prejuicio (1813), por citar la más divulgada. Por su crudo verismo destacan los poemas descriptivos de George Crabbe, como La aldea (1783), pero de este mismo periodo son dos excepcionales figuras de la poesía universal: el escocés Robert Burns (1759-1797), el más grande poeta en scots, instintivo cantor de las costumbres populares y de la naturaleza de su tierra, y el poeta visionario londinense William Blake (1757-1827), de una intensa originalidad en los Cantos de inocencia (1789) y los Cantos de experiencia (1794), inclinado a la profecía apocalíptica y al alegorismo místico (Burns y Blake fueron los primeros en ser interpretados críticamente por Swinburne).
LA NOVELA SENTIMENTAL: SAMUEL RICHARDSON
Mayor importancia que esta lírica impregnada de vagas melancolías y difusas aspiraciones reviste la aparición contemporánea de la novela sentimental, lacrimógena, educativa en cuanto a sus intenciones, que vino de la mano de Samuel Richardson (1689-1761), un tipógrafo hijo de un ebanista, que eligió como protagonista de su Pamela, or Virtue rewarded (Pamela, o La virtud recompensada, 1740) a una bella sirvienta, siempre en peligro y siempre triunfante.
Su forma epistolar se extendió como una moda por toda Europa y la adoptaron, entre otros escritores, figuras como Jean-Jacques Rousseau (en Julie ou La nouvelle Héloise, 1761), Goethe (en Werther, 1774) y el italiano Ugo Foscolo (en Ultime latere di Jacopo Ortis, 1802).
En la misma modalidad escribió Richardson Clarissa (en 7 vols., a partir de 1747), sobre las desventuras de una muchacha de la burguesía, obra a la que siguió, con fatigosa prolijidad y monótono tono pedagógico, The history of sir Charles Grandison (7 vols., a partir de 1753). Elogiado por Diderot y por Lessing, Richardson sobresalió principalmente en el análisis psicológico y no tardó en ser parodiado por otros autores de la época. En otro plano diferente, del todo ajeno a las preocupaciones puritanas presentes en Richardson, se sitúa la obra del inquieto irlandés Oliver Goldsmith (1728-1774). Su producción más famosa es la novela The vicar of Wakefield (El vicario de Wakefield, 1766), que con el sentimentalismo entonces en boga presenta la difusa atmósfera de un idilio doméstico.
La ironia y el humorismo presiden las dos obras mayores de Laurence Sterne (1713-1768): la vasta y caótica novela Vida y opiniones de Tristam Shandy (1760-1767) y el breve e inacabado Viaje sentimental por Francia y por Italia, que data de 1768 y que se caracteriza por un sutil arte en el tratamiento de episodios e impresiones. Otras dos figuras relevantes son el inglés Henry Fielding (1707 -1754), que escribió comedias satíricas y ligeras, y el escocés Tobias George Smollet (1721-1771). Las obras principales de Fielding son las novelas Joseph Andrews (1742), con la figura del cínico que vive de engañar y robar al prójimo, y sobre todo, Tom Jones (1749), narración quye tiene que ver con el género de la picaresca. De Smollet cabe citar Las aventuras de Roderick Random (1748) y La expedición de Humpry Clinker (1771). En filosofía descuella David Hume (1711-1776), dentro de un racionalismo que deriva hacia el escepticismo idealista, y en el teatro se destacan George Lillo (1693-1739), con el lacrimoso drama doméstico El mercader en Londres (1731), y Richard Sherida (1751-1816), autor de Los rivales (1755) y de La escuela de la maledicencia (1777).
EL PRERROMANTICISMO.
J. MACPHERSON
Ya plenamente prerromántico es el último tercio del siglo XVIII, periodo que inició en 1760 el escocés James Macpherson (1736-1796), que seguiría Thomas Percy (Reliquias de la antigua poesía inglesa, 1765) y las falsificaciones de Thomas Chatterton (1752-1770) en Rowley poems (Poemas de Rowley y otros, 1777). Ya en William Cowper (1731-1800), al que se debe un valioso epistolario, se anuncia Wordworth en el poema The task (La tarea, 1785). Principal representaten de la novela gótica, horripilante, es Horace Walpole (1717-1797) con The castle of Otranto (El castillo de Otranto, 1764). Sus continuadores serán Ann Radcliffe (1764-1826) y M.G. Lewis (1775-1818), y en el Vatherk (1784), de William Beckford (1759-1844), lo sobrenatural se sumará a lo exótico oriental. En contraste con estas obras está la producción de un mesurado realismo de Jane Austen (1775-1817), que de un modo provinciano y limitado, el único por ella directamente conocido, extrajo novelas como Orgullo y prejuicio (1813), por citar la más divulgada. Por su crudo verismo destacan los poemas descriptivos de George Crabbe, como La aldea (1783), pero de este mismo periodo son dos excepcionales figuras de la poesía universal: el escocés Robert Burns (1759-1797), el más grande poeta en scots, instintivo cantor de las costumbres populares y de la naturaleza de su tierra, y el poeta visionario londinense William Blake (1757-1827), de una intensa originalidad en los Cantos de inocencia (1789) y los Cantos de experiencia (1794), inclinado a la profecía apocalíptica y al alegorismo místico (Burns y Blake fueron los primeros en ser interpretados críticamente por Swinburne).
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