martes, 13 de junio de 2017

LINGÜÍSTICA: Lengua e Idioma

Varios conceptos son los que se le han dado al  idioma, de las cuales, la mejor; de acuerdo a los modernos lingüistas, continua siendo  la de Saussure. Y como ya se vio, Saussure lo conceptualizó de acuerdo a la etimología griega,  afirmando que es "la lengua en cuanto refleja los rasgos propios de una comunidad". Entonces, desde este punto de vista el Idioma y lengua son equivalentes. Esto, debido a las comparaciones del idioma propio con algún otro, se toma conciencia de los rasgos de la lengua nativa. Y del estudio científico y organizado de las diferentes lenguas nació la posibilidad de aunarlas en algún tronco en común, es decir, en 'lenguas madre', tales como el indoeuropeo, el semítico, el bantú. De estos grandes troncos comunes se habrían desprendido otras lenguas, que, sufriendo sucesivamente transformaciones, dieron origen a los idiomas actuales con un sinnúmero de variantes. Del indoeuropeo proceden, entre otros, el griego y el latín y de este último el castellano, así como otros varios.


NIVELES DE LENGUA


Es importante comprender mediante niveles de lengua las formas  que cada  sociedad puede otorgar  al idioma,  de acuerdo a  sucesos tales como el lugar geográfico o la ubicación, la educación, la influencia del ambiente, la profesión u ocupación, etc.


Lengua general y lengua regional


El inglés, por ejemplo, es lengua general, o también conocido como "de uso general" en muchos países y regiones del planeta. Así, un hablante de Canadá puede entenderse con otro de Inglaterra, Estado Unidos, entre otros, pues todos poseen una misma lengua general.
Sin embargo, al escuchar a otros hablantes, se harán evidentes algunos dejos, o formas regionales. Se puede citar, en el léxico castellano. Hay formas lingüísticas a las cuales se les llama regionalis­mos: así como peruanismos, chilenismos, americanismos, etc. Y cabe recordar y resaltar que los mismos sucesos se puede notar dentro de un país o territorio.
También es conocido que una persona nacida y criada en zona rural habla con determinadas modalidades inherentes y propias de su grupo social y de su vida cotidiana, que son un tanto diferentes a las de una persona nacida en ciudad. Por esto, es indispensable también mencionar y tener en cuenta  que existen los ruralismos.


Lengua culta y lengua vulgar


También es innegable que existe una lengua culta, o mejor tratada en su elaboración.
Se debe comprender que al decir lengua culta no se tiene que interpretar de una forma o un conjunto de formas, extravagantes o altisonantes. Más bien en el fenómeno de  la lengua culta se observa un ajuste continuo en las normas de corrección, y también riqueza de vocabulario además de la claridad.
Por otro lado, se puede definir lengua vulgar a esa donde se notan numerosas desviaciones de las normas de corrección.

Algunas formas de vulgarismos:

En el sentido morfológico:  'vicino' en lugar de 'vecino', 'comalan' en lugar de 'cómanla' , haiga por haya, ande por anduve.
En el sentido sintáctico: 'voy de mi primo'  en lugar de 'voy a casa de mi primo'. 
En el sentido fónico: sandia por sandía, ojala por ojalá, intervalo por intervalo, etcétera.


Lengua coloquial, familiar -oral- y escrita


Es sencillo reconocer la existencia de una lengua coloquial, conversacional, propia de la ex­presión oral, que difiere por regla general bastante de la lengua escrita.
La espontaneidad característica de la comunicación oral hace que se utilicen giros o formas determinados que no siempre se adecuan a la comunicación por es­crito (generalmente, más elaborada).

Si se habla de lengua escrita, es necesario incluir la lengua literaria como parte de la misma. Pero aclarando que la literatura usa la función expresiva, y por ende,  se puede servir de todas las formas que el escritor puede imaginar, con el fin de crear personajes, mencionar o la descripción de ambientes, así como revivir o recrear situaciones, etcétera.


Lengua técnica y lengua profesional 


Es indispensable mencionar que cada profesión o arte se requiere valer de un vocabulario puntual para mostrar o dar a conocer los objetos y conceptos que les son propios. En este aspecto, es indispensable reconocer la existencia de lenguas técnicas -como la de las ciencias como psicología, derecho, la gramática, la danza, etcétera-. Tampoco hay que olvidar la existencia de jergas (como la germanía en España y el lunfardo en Argen­tina) las cuales nacieron como lenguas marginales, y esto, por la necesidad que exigían las «profesiones». Así pues, su elaboración fue como un sistema de cla­ves con la intención de comunicarse entre ellos, sin que otros grupos descifren sus significados. El lingüista argentino Nicolás Bratosevitch señaló lo siguiente: «La lingüística, como ciencia que es, se interesa por registrar todas las variedades. »La normativa, como disciplina educativa, reco­mienda sólo formas cultas, que son las que emplea la gente de buena educación idiomática en cada circuns­tancia: si se escribe “rostro”, dirá probablemente “cara” al hablar, pero evitará “jeta”, y reservará “fa­cha” para uso familiar y con valor despectivo o pin­toresco. Las formas cultas dan la norma de corrección. »La gran fecundidad de un idioma está […] en la mutua influencia entre lengua oral y lengua escrita: de manera que la primera se contagie de la variada matización de la segunda y ésta de la espontaneidad y agilidad de la primera.»








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