lunes, 26 de febrero de 2018

12 LITERATURA EN LA EDAD MEDIA: PARTE II

LA ÉPICA ANGLOSAJONA

El inglés del que salió la lengua moderna se comenzó a formar después de la conquista normanda, que tuvo lugar en 1066, y no produjo ninguna obra literaria hasta después del reinado de Enrique II Plantagenet (1154-1189), que trajo consigo una segunda ola de influencia cultural francolatina. Las manifestaciones literarias que precedieron a este proceso histórico, antes de la conquista normanda, pertenecen al ciclo de la literatura anglosajona, presidido por la figura ilustre de Beda el Venerable (673-735). Esta literatura se desarrolló en diversos dialectos anglosajones en el periodo comprendido entre los siglos V y XI, cuando quedó marginada por la influencia anglonormanda. 

Con relación a la literatura inglesa propiamente dicha, aun cuando en muchos casos se la estudie en los orígenes de ésta, presenta unos rasgos propios bastante concretos, que la relacionan estrechamente con lo germánico y con lo escandinavo. En una primera etapa fue na literatura paramiológica (es decir, de dichos sentenciosos vulgarmente conocidos y difundidos), y sólo posteriormente produjo la que quizá sea su obra más importante: la epopeya o poema heroico Beowulf,  en versos aliterados, datado entre los siglos VIII y IX y conservado en un manuscrito del siglo X. Junto a Beowulf descuellan así mismo Battle of Maldun (Batalla de Maldun, hacia 991) y la denominada Crónica Anglosajona. Esta Anglo-Saxon Chronicle se comenzó a redactar en tiempos del rey Alfredo (871-901) y la enriquecieron diversos autores hasta 1154.

Beowulf.

Por otro lado, en los siglos XI y XII hubo también una literatura de expresión latina (Caedmon, Cynewulf) y francesa, que parece haber contribuido a la génesis y difusión de la llamada "materia de Bretaña". Entre sus cultivadores sobresalen los nombres de Geofrey of Monmouth (hacia 1100-1154) y de Robert Wace (hacia 1100-hacia 1174).

Geofrey de Monmouth es uno de los autores que con su Historia regum Britannieae y su Vita Merlini, o Prophetia Merlini , dio origen a la historia de Artús o Arturo, que constituiría el núcleo de la antes citada "materia de Bretaña".

LA ÉPICA CÉLTICA Y SUS ORÍGENES

Se llama literatura céltica al conjunto de las literaturas cultivadas por los pueblos celtas. Pese a la falta de unidad política de los diferentes pueblos que vienen a constituir la civilización celta, esta civilización evolucionó sobre un fondo común institucional, religioso, lingüístico, etc., sobre el que se edicaría después una tradición literaria en la que todos estos pueblos participarían (irlandeses, galeses, escoceses, bretones, etc.).

Quienes aglutinaron esta tradición folklórica y religiosa común fueron esencialmente las cartas profesionales de los druidas (ministros de la religión de la justicia), que según su función se adscribían a la clase de los bardos o poetas, de los adivinos, de los adivinos, etcétera.

La literatura, en cuanto expresión (no escrita sino oral hasta el periodo de la cristianización) de este fondo legendario común, así, sobre un conjunto de elementos maravillosos, con carácter a la vez religioso y mágico. Con técnica muy arcaica, fabricó mitos, fueron evolucionando, transformándose, incorporándose muchos de ellos a la literatura medieval europea en el más amplio sentido.

El hecho de la romanización que se produjo sobre todo en la Galia (los galos: rama continental de la familia celta), redujo de forma apreciable el área de la civilización celta o céltica y fraguó los cimientos sobre los que habían de formarse primero los pueblos, y , luego con ellos, las literaturas célticas modernas: Irlanda, País de Gales y Escocia, con la posterior incorporación de Bretaña.

Influencias clásicas orientales 

Tras el proceso de la cristianización (tardía pero pronto bien consolidada en Irlanda), las literaturas celtas, dotadas de nuevos mitos (rey Arturo, san Patricio, etcétera), asimilaron, así mismo, influencias clásicas y orientalesque les llegaron por la vía de la patrística. Las técnicas narrativas se remozaron: contribuyeron a ello la introducción del alfabeto latino, las influencias de las escuelas de las escuelas de retórica grecolatinas y la adaptación de la métrica utilizada en los cantos litúrgicos de la iglesia. En este periodo de la cristianización se da como rasgo característico la coexistencia dentro del contexto céltico de lo maravilloso ancestral.


Entre las producciones literarias que nos han legado los pueblos celtas se inscriben obras como los mabinogion (de la palabra mabinogi, instrucción para los jóvenes bardos), recopilación de los relatos medievales galeses que se conocen  a través de importantes manuscritos (el Libro blanco de Rhyddench, entre los años 1300 y 1325, y el Libro rojo de Hergest, que se sitúa entre 1375 y 1425) y la gra epopeya irlandesa del siglo VII que se titula Tain Bó Cuálgne (El ladrón cuatrero de Cooley). 




La bretaña

En el siglo VI, las invasiones sajonas trajeron consigo la emigración de gran número de celtas al continente (Armónica y Bretaña). Si bien la literatura bretona no alcanzó por entonces un notable desarrollo, sí actuó como transmisora de las leyes de los celtas que irían a nutrir la denominada "materia de Bretaña" y contribuyeron así al enriquecimiento de la literatura francesa.

Las primeras muestras de la literatura bretona no llegan hasta los siglos XV y XVI. En las letras galesas destaca la actividad de los gogynfeirdd (bardos profesiones, con estipendio o dádiva, al servicio de las grandes familias) y en las gaélicas el papel desempeñado por los filid (poetas de una cierta cultura). Escaso desarrollo tuvo la literatura córnica (la producida en Cornualles), que no tardó en quedar la sepultada  bajo la presión inglesa.

LA EPOPEYA FEUDAL EN FRANCIA

Fue en la época de las cruzadas cuando apareció la epopeya en la Francia del norte, la de Langue d'oil (uno de los dos grandes grupos de dialectos en que se escindió el latín de Galia, contrapuesto al de la langue d'oc). La más antigua y conocida es la Chanson de Roland –la geste que Turolde décline–, que con debatida aproximación se suele situar en 1065. Del Turolde citado, probablemente nunca se sabrá si fue el autor de la epopeya, el recitador o sólo el copista de la Chanson. Mientras en la Francia del sur estaba gestándose la eclosión de la poesía lírica, aun cuando, en realidad ésta nació simultáneamente en una y otra parte de Francia.


La épica románica: el cantar de gesta o "Chanson de Geste"

Se da el nombre de cantares de gesta (en francés chansons de geste), del latín "gesta" (esto es, "hechos", "hazañas"), a las epopeyas románicas o poemas épicos medievales divididos en estrofas o tiradas (unidades de composición) llamadas en francés laisses.

Tanto en torno a sus orígenes y a su contenido como en torno a su forma literaria se han producido fuertes divergencias entre los investigadores. Durante el romanticismo se consideraron los cantares de gesta como creaciones populares (hermanos Grimm), inspirándose los eruditos en las teorías del alemán Wolf sobre los poemas homéricos.

También se definieron estos cantares primitivos como cantilenas lírico-épicas, probablemente escritas en lengua germánica. Por esta teoría abogó Gaston Paris y los manuales de literatura insistieron en mantenerla hasta que otro sabio profesor, Joseph Bédier, sostuvo que en el principio de los cantares estuvieron las rutas de peregrinaje y los santuarios en que se acogía a los peregrinos que iban camino a Santiago de Compostela. Por último, ha venido a sugerirse que estos poemas épicos de la Edad Media no eran sino poemas, es decir, creación consciente del autor, invención poética, y por otra parte, también constituyen la transposición poética de una sociedad de traza nueva que, por primera vez, hallaba su expresión literaria.

Aparte de Chanson de Roland, a este ciclo épico francés pertenecen la Chanson de Guillaume, al que se ha identificado la figura histórica de Guillaume de Toulouse, Le couronnement de Louis, Aliscans, Aimeri de Narbonne, Le pélinage de Charles (donde la figura de Carlomagno aparece paródicamente encarnada en un anciano e inepto barón), Girart de Roussillon, La chelarie Ogier de Danemarche y Raoul de Cambrai, entre otros títulos.

A excepción de Le pelerinage de Charles, en alejandrinos, la mayor parte de los cantares de gesta franceses del siglo XII están escritos en estrofas decasílabos. Aunque los procedimientos literarios son muy variados, el más característico tal vez sea la antítesis. También desempeña una función importante el refrain o estribillo, factor que contribuye a dar trabazón (chainer, eslabonar) al poema.

A partir de 1165 se inició el declive de este género épico, reemplazado en el favor del público por la literatura novelesca de maravillas (ejemplarizada en la "materia de Bretaña") y por las novelas llamadas "antiguas" (como el Roman de Troie, de Benoit de Sainte-More, 1165-1170).

La Chanson de Roland: argumento y características

El argumento se funda esencialmente en un acontecimiento histórico: la expedición de Carlomagno a España y su fallido intento de tomar la ciudad de Zaragoza. En la retirada a Francia, la retaguardia del ejército imperial franco sufre una emboscada en Roncesvalles. En la lucha perecen Roland, su amigo inseparable Oliver y los pares de Francia, víctimas de la traición de Ganelón, que por odio hacia Roland se ha hecho cómplice de los sarracenos. Descubierta la felonía Ganelón es vencido y descuartizado. Finalmente cuando Carlomagno cree poder tomarse un merecido descanso, acude un ángel a anunciarle que tendrá que reanudar su eterna pelea contra las fuerzas del mal, representadas por los sarracenos. 

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