miércoles, 7 de marzo de 2018

19 LITERATURA UNIVERSAL: EL STURM UND DRANG

STURMD UND DRANG 

Con este nombre (Tempestad y pasión) se conoce el movimiento literario caracterizadamente alemán que se desarrolló entre 1770 y 1785, porco más o menos, y que tuvo como precursores principales a Friedrich Gottieb Klopstock (1724-1803) –poeta en el que predominan los motivos del sentimiento patriótico y religioso y autor de la epopeya Mesías (veinte cantos, 1748-1773) y de una importante serie de odas (1771)–; a Christoph Martín Wieland (1733-1813), irónico y cosmopolita espíritu volteriano que escribió los poemas narrativos Musarion (1768) y Oberon (1780), entre otros títulos; al dramaturgo y teorizador de las artes Gothold Epharaim Lessing (1729-1781), a quien se debe el célebre tratado de Laocoonte (1766), donde se propone determinar las relaciones y las divisorias entre las artes llamadas figurativas y la poesía, y que también compuso el drama Nathan der Weise (Nathan el sabio, 1779), y finalmente el filósofo Johann Gotffried Herder (1744-1803), que impulsó la investigación filológica y la crítica literaria (como Lessing la crítica teatral) en textos como Uber die neure deutche Literatur (Sobre la nueva literatura alemana), 1767). Denominado así mismo Gniezeit (Tiempo del genio), el Sturm und Drang glorificó el "genio original" (idea que se derivaba ya del Renacimiento), considerándolo como la fuerza inspiradora de la creatividad artística. 

Goethe y Schiller 

Oleada de preromántico espíritu revolucionario, al Sturm und Drang se adscribieron por un tiempo las dos grandes figuras de la literatura alemana: Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) y Firdrich Schilller (1759-1805), que atemperarían en su obra conjunta el irracionalismo y el subjetivismo que a través de Herder insufló Johann Georg Hamann en el Sturm und Drang (el nombre procede del título de una obra dramática de F. M. Klinger, estrenada en 1776). Reacción contra el espíritu de la Ilustración (Aufklarung, en Alemania) y su racionalismo, poco fructíferos en Alemania literariamente hablando (encarnados en la figura del preceptista prusiano Christoph Gottsched, 1700-1766), gracias al Sturn und Drang y también a la influencia de Jean-Jacques Rousseau, las letras alemanas alcanzaron un periodo de auge creativo, que perduraría mucho tiempo después. 

Goethe: vida y obras

Resumir la obra de Goethe es realmente un imposible. De origen patricio burgués , estudió leyes en Leipzig y en Estrasburgo entre 1765 y1771 y fue en este último periodo cuando estableció contacto con el movimiento del Sturm und Drang y con Herder. Herder le abrió la curiosidad por la poesía popular e hizo que se interesara por Shakespeare, por Homero y por el mítico Ossian de Machpherson. Con apenas vocación de abogado, regresó a su ciudad natal para ejercer la carrera, actividad que no tardaría en abandonar para iniciar entonces una época de gran fecundidad literaria y para editar los Frankfurter gelehrte Anzeigen (Cuadernos erudito de Frankfurt). Fueron éstos el órgano programático de la joven generación progresista por algún tiempo. El amor hacia Friederike Brion fue la más intensa vivencia de sus años juveniles. En Wetzlar tuvo lugar en 1772 su encuentro con otra mujer, Charlotte Buff, cuya imagen trasladaría más tarde a la famosa novela epistolar Die Leiden des jungen Werthers (Las desventuras del joven Werther, 1774), encarnándola en la figura de Lotte, la heroína del libro. "Diletante de acción y de conocimiento", en 1775 Goethe se instaló en Weomar, donde fallecería años más tarde. Pronto se constituiría allí un importante círculo intelectual del que formaron parte entre otros, Wieland Herder y Lenz, el compositor C. F. Zelter y posteriormente, Friedrich Schiller. Fue entonces nombrado consejero del principado, ministro seis años después y desde este cargo trató de reformar la política interna y dotar de mayor sentido a las relaciones intergermánicas. En cuanto tal diletante se interesó también por las ciencias naturales y la filosofía y se ocupó de cuestiones de botánica y de óptica (de 1810 data Zur Farbenlehre, o Teoría de los colores, tratado que pone de relieve su capacidad intuitiva e intelectual). En 1786 se produjo una especie de huida (viaje a Italia, que fue una experiencia decisiva para el escritor). A su retorno a Weimar, Goethe circunscribió toda su actividad pública al campo de la cultura y entre los años 1791 y 1816 dirigió el teatro de la corte de Wiemar. En 1806 contrajo matrimonio con Chrstiane Vulpius, lo que no le impidió continuar sus devaneos amorosos. La revolución francesa produjo en su ánimo una fuerte sacudida, pero Goethe, en el acogedor ambiente de Weimar, fue refugiándose progresivamente en un aislamiento conformista sin dejar por ello de interesarse por la dialéctica histórica y de aguardar lúcidamente un porvenir que veía cifrado en la idea de una libertad plena y conciliadora.

La obra de Goethe

Fue inicialmente poeta y comediógrafo y en 1773 produjo su primera obra literaria importante: el drama revolucionario Goetz de Berlichigen. Siguió a éste el célebre Werther, novela que hizo furor en su tiempo y que tiene por desenlace el suicidio final de su protagonista. De la misma época son los dramas Clavigo (1774), Urfaust (1774), y Stella (1775). Del conjunto de su producción dramática hay que citar por su significación Triumph der Empfindsankeit (Triunfo de la sensibilidad, 1778) y los grandes dramas del periodo neoclásico que son Iphigenie auf Tauris (1787), Egmont (1788) y Torquato Tasso (1790). Expuso Goethe su ideario a través de las novelas filosóficas Wilhelm Meisters Lehrjahre (Años de aprendizaje de Wilhelm Meister, 1795) y Wilhelm Meisters Wanderjahre (Años de vagabundeo de Wilhelm, 1821-1829); ambas obras constituyen el denominado género del Bildungsroman (novela de formación), así como con Die Wahlverwandschaften (Las afinidades electivas, 1809), creó un modelo de novela psicológica. De su poesía lírica descuellan las Romsche elegien (Elegías romanas, 1795) –fruto de la mencionada estancia en Italia, huyendo de Weimar, que a un tiempo lo mimaba y lo asfixiaba, menguaba su fervor creativo– Venezianische Epigrame (Epigramas venecianos, 1796) y Westostlicher Divan (Diván occidental-oriental, 1814).

El "Fausto" 

Al género épico-idílico se adscribe el poema Hermann und Dorothea, de 1798. Dejó también ensayos importantes sobre diferentes temas –de los que puede citarse Winckelmann und sein Jahrhundert (Winckerlmann y su siglo, 1805)–, la correspondencia con Friedrich Schiller y las memorias tituladas Aus meinem Leben: Dichtung und Wahreit (De mi vida; poesía y verdad, 1811-1830), si bien su más preciado legado es la tragedia en dos partes Faust, a la que dedicó prácticamente su existencia el genio de Weimar y que resume todo su valor universal al reflejar la inquietud de su tiempo frente a la irrupción abrumadora e inevitable de una nueva época que, como todo lo desconocido, no deja de producir temor al hombre.

Antecedentes del "Fausto"

La historia de este Faust –personaje con una larga lista de antecedentes, cuyo origen primero habría que buscar en la Historia de Johann Faust (1587), de Johan Spiez, o bien en Le miracle de Théophile, del poeta francés del siglo XIII Rutebeuf o en el anónimo Faustbuch del siglo XV– principia con el Urfaust de 1787, primer esbozo del tema por Goethe, entonces bajo la influencia del Sturm und Drang. Sigue con Faust. Ein fragment (Fausto. Un fragmento, 1790) y culmina con la primera parte, ya definitiva de Faust. Eine Trogodie (Fausto. Una tragedia), en 1808. La universalidad de la experiencia de Fausto queda ratificada en la segunda parte: Faust. Der Tragodie zweiter Teil In funf akten (Fausto. Segunda parte de la tragedia en cinco actos, 1832). Fausto y Mefistófeles son los dos ejes en torno a los que gira la acción del poema: Fausto vende el alma a Mefistófeles con la condición de que este último satisfaga todos sus deseos. Recobrada la juventud perdida, seduce a Margarita y mata a su hermano Valentín, vengador de ésta. La escena final de la primera parte es un diálogo entre Margarita, condenada por infanticidio, y Fausto, que inútilmente trata de convencerla para que huya con él de la prisión. En la segunda parte Fausto encuentra a Helena en la corte imperial y cuando intenta atraparla, desaparece en medio de un cataclismo. Tras la "noche clásica de Walpurgis", Fausto vuelve a encontrarse en la estancia gótica de que había salido al principio. Después de una serie de vicisitudes, Helena, la belleza antigua, y Fausto, el espíritu moderno se unen, y de esta unión nace Euforión, que es la poesía.

FRIEDRICH SCHILLER

Johann Christoph Friedrich von Schiller sigue a Goethe en el orden de preeminencias del mundo literario alemán. Hijo de un médico cirujano militar, estudió medicina en la academia militar de Stuttgart. En franca rebeldía, se interesó Schiller por la literatura revolucionaria de la época (la del Sturm und Drang) y en 1781 estrenó el drama antiautoritario Die Rauber (Los bandidos). Consecuencia de ello fue su huida de Mannheim al año siguiente y ulteriormente la fundación de la revista Rheinische Thalia, dedicada a la actividad teatral. Hizo entonces amistad con Charlotte von Kaib, una dama influyente y sensible, que le dio amparo e instrucción.

 En Dresde lo acogió el jurista C. G. Korner, que le invitó a suministrar a su fervor y estusiasmos juveniles la adecuada base ideológica y estética, y en Weimar (1787) buscó la amistad de figuras como las Herder y Goethe. Su afición profunda a la investigación de tipo histórico le permitió obtener en 1789 una cátedra en la universidad de Jena. Defensor teórico de la Revolución francesa (que lo hizo ciudadano de honor de la República). Schiller se distanció de sus efectos prácticos y buscó refugio en el idealismo del filósofo Kant. En 1790 se casó con Charlotte von Lengefeld y mediante las revistas Die Horen y Musenalmanach (periodo 1794-1800) colaboró asiduamente con Goethe en pro de los ideales humanistas y de una cultura nacional alemana que se fundara en ellos. Instalado definitivamente en Weimar en 1799, murió como Goethe en esta ciudad cuando estaba escribiendo la tragedia Demetrius. Dejó tras de sí una extensa obra dramática, teñida algunas veces de un excesivo dogmatismo ideológico, de la que descuellan principalmente piezas escénicas como Die Vershworung des Fiesco zu Genua (La conspiración de Fiesco en Génova, 1783), Kabale und Liebe (Cábalas y amor, 1784), Don Carlos (1787), la trilogía de Wallesntein (1798-1799), María Estuardo (17801), Die Jungfrau von Orleans (La doncella de Orleans, 1802), Die Braut von Messina (La novia de Mesina, 1803)  y Guillermo Tell (1804), dramas todos ellos de carácter histórico en su inspiración.

Fue así mismo un notable cultivador de los géneros poéticos del himno –como An die Freude (A  la alegría)– y de la balada: entre 1800 y 1803 se publicaron dos volúmenes de sus poesías. Escribió una historia de la independización de los Países Bajos del yugo español (1788) y otra de la guerra de los Treinta años (1791-1793) y dejó también valiosos ensayos. Entre estos últimos destacan Uber Anmut und Wurde (De la gracia y la dignidad, 1793), Uber das Erhabene (De lo sublime, 1794), Briefe uber die asthestische Erziehung des Menschen (Cartas sobre la formación estética del hombre, 1795) y por último, Uber naive und sentimentalische Dichtung (Sobre la poesía ingenua y sentimental, 1796). En filosofía siguó Schiller a Leibniz y a Kant y estimó el estado estético como el estado más valioso, como la forma que adopta la conciliación de lo sensible y de lo moral, conceptos fundamentales de su manera de pensar. 

lunes, 5 de marzo de 2018

19 LITERATURA UNIVERSAL: LA LITERATURA INGLESA DE LOS SIGLOS XVI y XVII

LITERATURA INGLESA DE LOS SIGLOS XVI - XVII

Particularmente fértiles en manifestaciones literarias fueron en Inglaterra los siglos XVI y XVII. Aunque autores menores, introdujeron nuevas formas poéticas (de procedencia italia por lo general) Thomas Wyatt (1503-1542), Thomas Sackville (1536 - 1608) y Henry Howard (1517 - 1547). Más destacado papel desempeña la figura de Edmund Spenser (hacia 1552-1599), que prolongó el mundo creado por Chaucer con fantásticas alegorías y obras como The shepheardes calender (El calendario del pastor, 1579). A sus últimos años pertenecen Colin Clout's come home again (El retorno de Colin Clout, 1595).

Como mecenas destacó sobre todo su protector sir Philip Sidney (1554 - 1586), autor de una historia de amor en sonetos petrarquistas, Astropehel and Stella (1580-1584), y de la novela pastoril The countess of Pembroke's Arcadia (La Arcadia de la condesa de Pembroke, 1950), imitación de J. Sannazaro. Creador del denominado eufuismo, movimiento que se ha parangonado con el marinismo italiano y el gongorismo español, fue John Lyly (entre 1554 y 1643, aproximadamente) con la novela satírica didáctica Euphes (1578). A jhon Lyly se le debe un nuevo tipo de comedia refinada. De entre sus obras escénicas cabe citar The woman in the mon (La mujer en la luna, 1597). 

Pioneros de una nueva época de la poesía fueron Ben Jonson (1572-1637), cuyas medidas  más logradas son Volpone (1605) y The Alchemist (El alquimista, 1610); Thomas Campion (1567-1620) que abogó en poesía por el sistema cuantitativo en detrimento del uso de la rima, y John Done  (1572-1637), al que se considera el más representativo de los poetas llamados por Samuel Jonhnson "metafísicos" por el carácter hermético e intelectualizado de sus versos. Estimado como el mejor predicador de la época, su poesía, cuyos poemas más conseguidos se encuentran en la recopilación póstuma Songs and sonnet (Canciones y sonetos), no fue apreciada hasta el siglo XIX, gracias a Coleridge y a Browning.

Continuadores de esta poesía "metafísica" serán George Herbert (1593-1633), Richard Crashaw (entre 1612 y 1649, aproximadamente), Henry Vuaghan (1622-1659) y, sobre todo, Andrew Marvell (1621-1678), cuyas composiciones se recopilaron en 1681 y autor de poemas antológicos como The defition of love (La definición de amor) y Tohis coy mistress (A su esquiva amante). 

Jhon Milton en el Paraíso Perdido 

Otra figura señera del siglo XVII es la de John Milton (1608-1674), que con la epopeya religiosa en diez cantos Paradise lost (El paraíso perdido, 1667, con doce cantos, 1674) marca un importantísimo hito en la lírica inglesa de todos los tiempos. El asunto del Paraíso perdido no es otro que el de la caída de los ángeles rebeldes y la expulsión de Adán y de Eva del jardín del Edén, con la presencia de Ariel, o Lucifer, personaje que cobrará con el romanticismo una particular significación.


Tanto el Paraíso perdido como la tragedia monumental Samson Agoniste (1671) los escribió Milton cuando ya se había vuelto ciego (en la tragedia citada hace la apología de Sansón, el personaje bíblico que acepta la muerte para destruir a los enemigos de la patria) y había visto fallidos sus ideales políticos (en defensa del republicanismo hizo también la apología del regicidio entre 1659 y 1651). 

Paraíso Perdido.

LOS POETAS "CAVALIERS" 

Por su elegancia mundana y complejidad y agudeza cortesana se dio el nombre de cavaliers a un grupo de poetas, en parte relacionados con los "metafísicos", del que formaron parte destacada John Suckling (1609-1642), Thomas Carew (entre 1595-1640 aproximadamente), Richard Loverlace (1618 - hacia 1658) –que en 1642 compuso To Athea y tradujo Catulo al inglés–  y Robert Herrick (1581-1674).

También merece tenerse en cuenta el nombre de George Chapman (1559-1634) entre los cavaliers no sólo como traductor de Homero, sino también por sus versiones de Juvenal, de Petrarca y del mismo Hesíodo. En la prosa de esta época, aparte del ya citado Tomas Moro, descuella como filósofo y humanista Francis Bacon (1561-1626), autor del Novum organum scientirum (1620) obra que ejerció una gran influencia en la Inglaterra del XVII y que durante el siglo XVIII tuvo importante repercusión en Francia. 

En el género narrativo sobresalen los nombres de Robert Greene (1558-1592), autor de Greene's groatsworth of with bought with a million of repentance (Un céntimo de ingenio de ingenio de Greene, adquirido con un millón de arrepentimiento,1592). autobiografía de quien también cultivó la poesía y el género dramático; Thomas Lodge (1558-1625), que escribió el relato Rosalynde (1590) y fue en el género trágico fiel seguidor de Séneca; Thomas Nashe (1567-1601), con la sátira terrors of night (Terrores de la noche, 1594) y, finalmente, Thomas Deloney, autor de Fabliaux y de baladas. 

Caso aparte es el de Robert Burton (1577-1640), que estudió teología en Oxford y dejó la célebre "Miscelanea de divulgación moral" titulada The anatomy of Melancholy (La anatomía de la melancolía, 1621). 


EL TEATRO PRESHEAKESPEARIANO 

Del teatro llamado presheakespeariano cabe destacar, entre otro títulos, la tragedia anónima Arden of Feversham, The lamentable and true tragedie of M.  Arden of Feversham in Kent), obra compuesta en torno al año 1586 e impresa en 1592, donde se refiere al crimen de una adúltera que con la ayuda de su amante da muerte al marido. 

Se le considera uno de los primeros precedentes de la tragedia burguesa y por su contenido y contexto histórico ha atraído el interés de la crítica moderna. 

Los dramaturgos más sobresalientes de este periodo son Thomas Kyd (1558-1594) y Christopher Marlowe (1564-1593). De la vida  de Thomas Kyd pocos datos se poseen y la única obra que de él se ha conservado y a la que se debe toda su fama es The spanish tragedy, alrededor de 1592, uno de los dramas más importantes producidos por el Renacimiento y arquetipo de la denominada tragedia de la venganza. Mayor relieve tiene la figura de Christopher Marlowe, que cursó estudios en el Christ College, Cambridge, vivió en Londres a partir de 1586 y perteneció al círculo creado en torno a sir Walter Raleigh. A Marlowe se le deben principalmente trres significativos dramas; Tamburlaine the Great (Tamerlán el grande), Edwar II, The jew of Malta (El judiío de Malta, representada en 1592 e impresa en 1633). La más madura de estas creaciones dramáticas se estima que es Eduardo II, que como el |Ricardo II de Shakeaspeare, trata del derrocamiento de un débil rey. 

Aparte merece citarse la Tragical History of Doctor Faustus (La trágica historia del doctor Fausto), drama en verso y prosa, sin división en actos, que Marlowe compuso en 1588 y que se publicó anónimo en 1601 y con nombre del autor en 1604. Inspirado en la lectura de la traducción inglesa del Faustbuch (Libro de Fausto), popular obra alemana, refiere la historia de Fausto, el mayor teólogo de la ciudad que habita, que deseoso de de adquirir poderes mágicos y alargar el plazo de su existencia, establece, con su sangre, un pacto con Lucifer y adopta como criado al diablo Mefistófeles. 

Destaca esta pieza escénica como nueva aportación al material que inspiraría posteriormente la célebre obra de Goethe y en tiempos más recientes la novela Doktor Faustus, de Thomas Manm. Envuelto en el misterio permanece todavía el trágico fin que tuvo Marlowe en una reyerta tabernaria. De El judió de Malta puede añadirse que su protagonista Barrabás, es en cierto modo el antecesor del Shylock de El mercader de Venecia, de Shakeaspeare. 

La obra de Shakeaspeare

William Shakeaspeare nació en Stratford-upon-Avon en 1564 y allí dejó de existir en 1616 (23 de abril). Hijo de un burgués acomodado (de oficio) peletero y comerciante), John Shakeaspeare, se estima muy probable que estudiara en la Grammar School de Stratford.
De 1582 data su boda con Anne Hathaway, de la que tuvo tres hijos, y algunos años antes de 1592 marchó a vivir a Londres, donde trabajó como actor. Entre 1593 y 1594 aparecen sus dos poemas largos, de gusto marcadamente renacentista, Venus y Adonis, dedicados al conde de Southampton, y The rape of Lucrece (La violación de Lucrecia), para el mismo personaje. 

Tras la epidemia en 1593, que obligó a clausurar todos los teatros de la capital, actuó en la compañía "del Camarlengo" en The Theatre, donde permaneció unos tres años, ya con cierto crédito como intérprete y también como autor dramático. De la representación de sus piezas teatrales se cuidó inicialmente su amigo Richard Burbage. La compañía dirigida por éste se incorporó más tarde a la Lord Chamberlaine's Company. A la muerte de la reina Isabel I en 1603, la compañía en la que intervenía Shakeaspeare se puso bajo la protección del rey Jacobo I y cambió su nombre por el de The King's Men ("Los hombres del rey").


En 1609 fueron publicados sus Sonetos (Sonetets) por Thomas Thorpe, textos poéticos muy poklémicos y que están dedicados a un tal Mr W. H. al que no ha podido identificarse. En 1623 dos de sus compañeros del teatro. J. Heminge y H. Condell, publicaron sus obras. Ésta es la edición llamada First Follo, el texto de mayor autoridad, basado en las mejores ediciones impresas o en los manuscritos del autor, cuidadosamente conservados por los citados King's men. Ya entonces Ben Jonson dijo de Shakeaspeare que "no fue sólo de una época, sino de todas las épocas". 

La obra dramática 

Para hablar de su producción dramática, de imposible fijación cronológica; se han establecido convencionalmente cuatro períodos creativos, que irían desde el Shakeaspeare juvenil (periodo que se data en 1595, aproximadamente) hasta el Shakeaspeare de The Tempest (La tempestad), fechada en 1611. Al primer periodo se adscribirían la trilogía Henry the sixth (Enrique VI), entre 1590 y 1591; Richard III (Ricardo III), que dataría en 1592; Titus Andronicus (Tito Andrónico, "Tragedia de la venganza" en la línea de Thomas Kyd y Séneca), quizá también en 1592; The comedy of errors (La comedia de los errores); The two gentlemen of Verona, fechada en 1594, al igual que The taming of the shrew (La doma de la furia La fierecilla domada) Love's labour's lost (Trabajo de amor perdido). Más dudosa aún es la inclusión en esta época de A midsummer-night's dream, en 1595 y de All's well that ends well (Bien está, lo que bien acaba), comedia a la que se han dado fechas tan alejadas como las de 1593 y 1603. Del mismo período son los poemas ya citados y algunos de los sonetos recopilados en 1609.

Teatro londinense "El globo" (año 1600)

Una segunda etapa creativa sería la comprendida entre 1595 y  1599, con el segundo ciclo histórico formado por Richard II, Henry IV y Henry V, la tragedia romántica de Romeo y Julieta y la mayor parte de los sonetos mencionados anteriormente. Al tercer periodo correponderían los años que van desde 1599 hasta 1608 o 1609, y sería la "época de las grandes tragedias" desde Julio César, 1599 hasta Coroliano, 1607, pasando por Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth Antonio y Cleopatra) y de piezas como As you like it (Como gustes), Troilo y Cresida (algunos la sitúan en la segunda etapa) y Measure for measure (Medida por medida). 

Finalmente vendría un cuarto y último periodo, en el que figurarían Cimbelino, entre 1609 y 1611; The winter's sale (El cuento de invierno), probablemente de 1610; The tempest (La tempestad), de 1611 y por último, King Henry VIII (Rey Enrique VIII).

Todo este conjunto constituye una de las creaciones literarias más universales que haya aportado el hombre y en esta apreciación a penas existen discrepancias. Ante la imposibilidad de considerar cada una de las obras citadas, cabe hacer una selección siempre discutible de estos dramas. Se incliye en tal caso Romeo y Julieta que presenta la historia de dos jóvenes amantes veroneses, a la trilogía trágica que forman Hamlet, con el célebre monólogo del "To be or not to be, that is the question" (Ser o no ser, he ahí el dilema); Otelo, el moro de Venecia atacado por el demonio de los celos y víctima candorosa de la perfidia de los hombres (de Yago en este caso, con otra víctima, que es Desdémona); El rey Lear, el anciano monarca al que abate el infortunio por haber creído en la bondad y en el reconocimiento allí donde no se encontraban, y por último, Macbeth, el noble escocés al que una desenfrenada ambición convierte en asesino. La exasperación, requisito de la tragedia, se une en estos títulos a una calidad poética que transforma el exceso, el énfasis, en símbolo universal.

La tempestad, en cambio, obra de sus postrimerías, muestra un mundo de en sueño, una especie de paraíso futuro, al tiempo que significativamente observa por una sola vez en toda su carrera de autor teatral la regla de las unidades clásicas. Entre los personajes del dramaturgo inglés cabe citar así mismo la jovial figura de sir John Falstaff, que impregna con comicidad todo el Enrique IV . La Italia del Renacimiento le inspiró comedias como Twelfth night (Duodécima noche) Bien está lo que bien acaba, pero en Shakespeare fuentes e influencias de muy diverso origen se funden en el crisol de su genial inventiva. 

El llamado teatro elisabetiano o isabelino no se agota, sin embargo, con su obra, y en su misma época y después de producirse su muerte laboran también para la escena una docena al menos de notables mediógrafos y dramaturgos. 

El teatro elisabetiano.

De este teatro elisabetiano, que es el de la época de Shakespeare y en parte el que la continúa, cabe por lo menos citar al erudito George Chapman, más importante por sus traducciones de Homero al inglés que por sus tragedias (Monsieur d'Olive, 1606). Mayor relieve que Chapman tiene la figura de Ben Jonson (1573-1637). Contrapuesto a Shakespeare en carácter, temperamento y canones estéticos, fue sobre todo un espíritu satírico, inclinado siempre a moralizar y poco propenso a arrebatos poéticos. 

Sus obras dramáticas más relevantes son Volpone, de 1605, que ofrece la tétrica y desolada visión de una humanidad movida sólo por la avidez del dinero; The alchemist (El alquimista), 1610, donde se flagela la impostura y la credulidad, y la comedia Epicoene, or The silent woman (Epicoene, o La mujer silenciona), fechada en 1609, considerada por john Dryden como la más perfecta de las comedias y tranformada en ópera por el compositor alemán Richard Strauss. 

Con algunos logros de auténtica fuerza poética cultivó John Maston (1576-1634) la sátira, la tragedia truculenta y la comedia de diverso género. De esta producción escénica merecen destacarse The malcontent (El descontento), de 1604, la tragedia pasional The dutch courtezan (La cortesana holandesa), datada en 1605, y la comedia de carácter realista titulada Eastward hoe! (Atención al oeste!), escrita en colaboración con Chapman y con Jonson, también de 1605.

Thomas Dekker, Thomas Heywood y Thomas Middleton. 

Hay que citar así mismo el grupo de los tres Thomas: Thomas Dekker, autor de una divertida cartilla para el rústico pretencioso que viaja a Londres y quiere estar a la moda; Thomas Heywood, y Thomas Middleton. De Dekker (1572-1632) son notables las piezas escénicas Old Fortunatus (El viejo Fortunato, 1600), The soemaker's holiday (La fiesta del zapatero, 1600), The honest whote (La prostituta honesta, 1604). Colaboró ocasionalmente con otros dramaturgos como Middleton, Webster y John Ford y contra Ben Jonson escribió en 1602 Satiromatix. 

Género predilecto de Thomas Heywood fue el drama pasional. Nacido en 1573 y fallecido en Clerkenwell London en 1641, se declaró autor de más de doscientas obras teatrales, aunque sólo ha nllegado hasta nosotros veinticuatro de ellas. En su teatro eminentemente burgués, trató de suscitar el horror y la reprobación frente al delito y la culpa (El adulterio, el vicio del juego, el uxoricidio son algunos de los temas que trata). Títulos más memorables son The english traveller (El viajero inglés, 1633) y sobre todo, A woman killed with kidness (Una mujer muerta con bondad), de 1607 probablemente, que por su vigor dramático y su patética belleza se considera su obra maestra. 

En la obra de Thomas Middleton (1580-1621), por el contrario, predomina la comedia alegre y realista, inspirada en personajes de la burguesía y del pueblo de la city y con gran abundancia de expresiones licenciosas tocando en la procacidad. 
De sus colaboraciones destacan las que realizó con el actor William Rowley (The changeling, esto es, El niño cambiado, de 1622) y con Thomas Dekker (The honest whore, en 1604). Entre sus piezas escénicas originales figuran A mas world, my masters! (Un mundo loco, señores míos!), de 1608 y A chastemaid al Cheapside (Una casta de doncella en Cheapside), compuesta en 1613. También con Rowley escribió The spanish gipsy (La gitana española, 1623).


El canto del cisne: John Ford y James Shirley

A la última fase de este periodo elisabetiano pertenecen John Ford (1586-1639), de un intelectualismo a veces refinado en extremo, y James Shirley (1596-1666), que ensayó todos los géneros con desigual fortuna. 

John Ford comenzó en el teatro colaborando también con Dekker, John Webster y Rowley y en sus tragedias predomina generalmente el efectismo emotivo sobre la construcción dramática. Un cierto parecido con "Romeo y Julieta", tiene la más popular y divulgada de sus piezas: It's a pitty shees a whore (Lástima que seas una puta), escrita en 1626 y estrenada en 1633. Historia de un amor imposible en una ciudad italiana del Renacimiento, plantea en realidad, un caso de incesto en un clima de rebeldía moral y tiene un trágico final. 

Otras obras notables de John Ford son The broken heart (El corazón roto,1633), The lover's melancholy (La melancolía del amante, probablemente de 1629), Love's sacrifice (El sacrificio del amor, 1633) y Perkin Warbeck (fechada en 1634).

 De James Shirley puede decirse que es el último representante de este rico periodo de la dramaturgia inglesa. Su producción comprende unas cuarenta obras teatrales y entre ellas ocupan un lugar principal la tragedia The cardinall (El cardenal, 1652)  y una vivaz comedia que titula Hyde Park (1637), cuadro costumbrista del Londres de comienzos del siglo XVI. 

El masque, o máscara, un género dramático propiamente inglés, si bien de origen francés e italiano, fue también cultivado por James Shirley en su variante más espectacular (escenografía del célebre Iñigo Jones y música de W. Lawes y S. Ives, compositores entonces renombrados): así, The triumph of peace (El triunfo de la paz), masque representado con toda pompa en 1633.

Fecundo y mediano autor fue sir William Davenant, supuesto hijo natural de Shakeaspeare y amigo de John Milton, cuya obra más relevante es The siege of Rhodes (El sitio de Rodas, 1656), una tragedia musicada y al que se estima precursor de John Dryden. 



LA RESTURACIÓN EN INGLATERRA. DEFOE Y SWIFT


Si en John Milton y en sus fervores prefético se cifra la revolución puritana, ésta se extingue prácticamente a finales del XVI al producirse la Restauración, que logra imponerse con todo su acarreo de racionalismo y de escepticismo y con lo que se ha llamado su "cínica frivolidad". El nuevo dictador del gusto es John Dryden, que nace en Aldwinkle All Saints (Northampton) en 1613 y muere en Londres el año 1700.

Dryden fue sucesivamente puritano, anglicano y católico y a la muerte del dictador Oliver Cromwell le dedicó sus Heroic Stanzas (1659). En defensa del anglicanismo escribió Religio laici (en 1682) para pasar luego a hacer la apología de la Iglesia católica en The hind and the panther (La cierva y la pantera, 1687). Hábil en todos los registros literarios, compuso poemas de argumento histórico y didácticos, sátiras contra personajes mal vistos en la corte, comedias, tragicomedias, odas en que imitaba las de Píndaro, etcétera. Consagró el Heroic couplet (el dístico de decasílabos rimados) como el principal metro neoclásico no dramático (Absalom and Achitophel, 1681). 

En esta época de Dryden, también denominada "augustea", a penas hubo algún otro póeta de relieve y cabe citar tan sólo el nombre de Samuel Buttler (1612-1680), autor del inconcluso poema heroico-cómico Hudibras (entre 1663 y 1678), sátira ferocísima contra el puritanismo. Entre los dramaturgos, que reflejan una sociedadl amoral y licenciosa, figuran sin particular brillo George Etheredge (1635-1689) Venice preserved (Venecia salvada, 1682). En la prosa narrativa destaca la breve novela Oroonoko (1678) de Aphra Behn (1640-1689), idealización de la vida salvaje, y en general las obras de esta época poseen un valor más documental que literario o bien son de índole filosófica (como el Leviathan de Thomas Hobbes, que data de 1651), o bien se presentan en forma de memorias o diarios. 

Entre los diaristas ilustres figuran John Evelyn (1620-1706) y Samuel Pepys (1633-1703). El diario íntimo de este último abarca de 1660 a 1669y se halla impregnado de hipocresía y de cinismo. Escrito en clave, sus anotaciones fueron descifradas en 1825 por John Smith y poseen un considerable valor histórico-cultural. 

JOHN BUNYAN Y OTROS PROSISTAS

El prosista de mayor valía y aprecio del periodo fue el místico puritano John Bunyan (1628-1688), que escribió la autobiografía edificante Grace abounding (Gracia que abunda, 1666, 1668), la ficticia biografía realista-alegórica The life and death of Mr. Badman (Vida y muerte del señor Badman, 1680) y la que se considera su obra maestra. The pilgrim's progress (El viaje del peregrino, en dos partes, 1678 y 1679), uno de los libros más difundidos entre los protestantes de habla inglesa después de la Biblia. 

De 1690 data la publicación de An essay concerning human understanding, (Un ensayo sobre el entendimiento humano), de John Locke, que es una de las obras capitales de la filosofía europea. Después de Thomas Otway, destacan en la escena William Congreve (1670-1729), con The way of the world (Así va el mundo, 1700), John Vanbrough (1664-1726) y el irlandés George Farquhar (1677-1707).

Gran importancia tendría para el desarrollo de la actividad literaria la concesión de la libertad de imprenta en 1695, con la consiguiente y acelerada progresión del periodismo y una más intensa colaboración cultural entre las diversas áreas del Reino Unido (numerosos escritores proceden de Irlanda y de Escocia). Una constante será la hegemonia del gusto burgués: mantenimiento del equilibrio y del decoro dentro de una línea flexiblemente realista. Otro fenómeno, extensivo a toda Europa, es el del predominio que hasta la llegada del romanticismo disfrutará la producción en prosa sobre la producción en verso. 

DANIEL DEFOE, EL AUTOR DE "ROBINSON CRUSOE" (1719)

Fue Daniel Defoe (1660-1731), escritor al servicio de intereses políticos, además de agente secreto, censor oficial periodista y organizador de la propaganda contrarrevolucionaria, unas veces al serivicio de los liberales (Whigs) y otras al de los conservadores (tories), el primero en hacer de la literatura un oficio remunerado. Cargado de hijos y de deudas firmaba contratos por adelantado, presentando una especie de guión o sinopsis de lo que luego escribiría al editor correspondiente. De ahí la desigual calidad literaria literaria de sus escritos, lo que no le impedirá dejar obras tan inolvidables como el célebre Robinson Crusoe, novela de aventuras que compuso a los casi 60 años y que le hizo perseverar en este género narrativo con El capitán Singleton (1720) Memorias de un caballero (1720), Moll Flanders (1722) El coronel Jacque (1722) y Lady Roxana (1724), relato inacabado que protagoniza una aventurera de altos vuelos. En 1704 fundó Defoe el primer periódico de regular aparición en Inglaterra (The review). 

Otra obra de Defoe que hay que citar es el famoso Journal of the pague year (Diario del año de la peste, 1722), gráfica y verídica relación de los estragos causados por la peste en Londres el año de referencia. 

SWIFT Y GULLIVER 


Después de Defoe, la figura más destacada de la época, ya dentro del XVIII, es la del irlandés Jonathan Swift (1667-1745), vehemente polemista y autor satírico, que dejó una obra tan universal como el Robinson Crusoe: Gulliver's travels (Viajes de Gulliver, 1726). Obra caracterizada por el duro sarcasmo que encierra y con el que el autor flagela la humanidad entera, no fue en absoluto concebida para un público infantil, a pesar de que para los niños se han hecho múltiples adaptaciones de las aventuras fantásticas que a Gulliver le ocurren entre los enanitos de Liliput y entre los gigantes de Robdingnag. Tanto Robinson Crusoe como los Viajes de Gulliver reflejan en sus páginas las principales y contrapuestas tendencias ideológicas dominantes en la primera mitad del siglo XVIII en Inglaterra. 


La dictadura literaria de Pope


Dictador del mundo literario de aquel tiempo fue el poeta Alexander Pope (1688-1744). Traductor de Homero, trato de imitar la poesía de Virgilio y de Horacio y compuso, entre otras obras el poema heroico-cómico The rape of the lock (El rizo raptado, 1712) y una tediosa sátira. The Dunciad (1728, que amplió en 1729 y en 1742), contra los escritores que no eran de su agrado, si bien fue más un versificador adiestrado que un auténtico poeta. El puesto que dejó vacante Pope pasaría a ocuparlo muy pronto el doctor Samuel Johnson (1709 - 1784), cuya autoridad prevaleció en el periodo intermedio del siglo XVIII. Hijo de un librero fundó y dirigió dos periódicos literarios de efímera existencia, compiló un gran diccionario de la lengua inglesa con el objeto de defender su pureza y ocho días le llevó escribir una breve novela (lo hizo para poder pagar los funerales de su madre) titulada Rasselas (1759) cuyo protagonista es un imaginario príncipe etíope. También cuidó de una edición de las obras de Shakespeare y dio un valioso ejemplo de cómo ejercitar la crítica clásica moralizante en The lives of the englisht poets (Vidas de los poetas ingleses, publicadas en número de 52 de los siglos XVII y XVIII en 1781).

A su lado hay que situar a un ingenioso escocés llamado James Boswell (1740-1795), diligente y agudo biógrafo del doctor Johnson (The life of Samuel Johnson, 3 vols., 1791-1799). En el teatro la figura más descollante quizá sea la de John Gray (1685-1732), cuya obra más divulgada es The beggar's opera (La ópera del mendigo, fechada en 1728), que inspiraría muy posteriormente al dramaturgo alemán Bertolt Brecht. 


LA LITERATURA INGLESA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVII

Inglaterra del siglo XVII

Intelectualismo, rígido y exclusivo predominio de la razón, desconfianza respecto del sentimiento y del mundo no práctico, no utilitario, son rasgos característicos del siglo XVIII.

No tardan en aparecer, sin embargo las figuras de algunos tímidos disidentes, precursores inconscientes de la ulterior revolución romántica, que sostienen la voluntad de vida frente a la autoridad libresca. Entre 1726 y 1751 salen a la luz tres sintomáticas obras reveladoras del cansancio suscitado por ejemplo, por un Alexander Pope. Se trata de The seasons (Las estaciones), de James thomson (1700-1748); de The complaint, or Night thoughts (La lamentación o Pensamientos nocturnos, 1742-1744) de las Odas (1747) y de An elegy written in a country churchyard (Elegía escrita en un cementerio rural, 1751). 

A James Thomson se debe así mismo The castle of indolence (El castillo de la indolencia, 1748) poema que suscitó el entusiasmo de John Keats. De inspiración prerromántica fue también William Collins, nacido en Chichester en 1721 y fallecido en el mismo lugar en 1759. Del naciente interés por el medioevo céltico y la antigua literatura escandinava fue testimonio de Thomas Gray, en la línea de la que surgiría la superchería del Ossian (Obras de Ossian, 1765) del escocés James Macpherson (1736-1796).

LA NOVELA SENTIMENTAL: SAMUEL RICHARDSON 

Mayor importancia que esta lírica impregnada de vagas melancolías y difusas aspiraciones reviste la aparición contemporánea de la novela sentimental, lacrimógena, educativa en cuanto a sus intenciones, que vino de la mano de Samuel Richardson (1689-1761), un tipógrafo hijo de un ebanista, que eligió como protagonista de su Pamela, or Virtue rewarded (Pamela, o La virtud recompensada, 1740) a una bella sirvienta, siempre en peligro y siempre triunfante.

Su forma epistolar se extendió como una moda por toda Europa y la adoptaron, entre otros escritores, figuras como Jean-Jacques Rousseau (en Julie ou La nouvelle Héloise, 1761), Goethe (en Werther, 1774) y el italiano Ugo Foscolo (en Ultime latere di Jacopo Ortis, 1802).  

En la misma modalidad escribió Richardson Clarissa (en 7 vols., a partir de 1747), sobre las desventuras de una muchacha de la burguesía, obra a la que siguió, con fatigosa prolijidad y monótono tono pedagógico, The history of sir Charles Grandison (7 vols., a partir de 1753). Elogiado por Diderot y por Lessing, Richardson sobresalió principalmente en el análisis psicológico y no tardó en ser parodiado por otros autores de la época. En otro plano diferente, del todo ajeno a las preocupaciones puritanas presentes en Richardson, se sitúa la obra del inquieto irlandés Oliver Goldsmith (1728-1774). Su producción más famosa es la novela The vicar of Wakefield (El vicario de Wakefield, 1766), que con el sentimentalismo entonces en boga presenta la difusa atmósfera de un idilio doméstico.

La ironia y el humorismo presiden las dos obras mayores de Laurence Sterne (1713-1768): la vasta y caótica novela Vida y opiniones de Tristam Shandy (1760-1767) y el breve e inacabado Viaje sentimental por Francia y por Italia, que data de 1768 y que se caracteriza por un sutil arte en el tratamiento de episodios e impresiones. Otras dos figuras relevantes son el inglés Henry Fielding (1707 -1754), que escribió comedias satíricas y ligeras, y el escocés Tobias George Smollet (1721-1771). Las obras principales de Fielding son las novelas Joseph Andrews (1742), con la figura del cínico que vive de engañar y robar al prójimo, y sobre todo, Tom Jones (1749), narración quye tiene que ver con el género de la picaresca. De Smollet cabe citar Las aventuras de Roderick Random (1748) y La expedición de Humpry Clinker (1771). En filosofía descuella David Hume (1711-1776), dentro de un racionalismo que deriva hacia el escepticismo idealista, y en el teatro se destacan George Lillo (1693-1739), con el lacrimoso drama doméstico El mercader en Londres (1731),  y Richard Sherida (1751-1816), autor de Los rivales (1755) y de La escuela de la maledicencia (1777). 

EL PRERROMANTICISMO.
J. MACPHERSON 

Ya plenamente prerromántico es el último tercio del siglo XVIII, periodo que inició en 1760 el escocés James Macpherson (1736-1796), que seguiría Thomas Percy (Reliquias de la antigua poesía inglesa, 1765) y las falsificaciones de Thomas Chatterton (1752-1770) en Rowley poems (Poemas de Rowley y otros, 1777). Ya en William Cowper (1731-1800), al que se debe un valioso epistolario, se anuncia Wordworth en el poema The task (La tarea, 1785). Principal representaten de la novela gótica, horripilante, es Horace Walpole (1717-1797) con The castle of Otranto (El castillo de Otranto, 1764). Sus continuadores serán  Ann Radcliffe (1764-1826) y M.G. Lewis (1775-1818), y en el Vatherk (1784), de William Beckford (1759-1844), lo sobrenatural se sumará a lo exótico oriental. En contraste con estas obras está la producción de un mesurado realismo de Jane Austen (1775-1817), que de un modo provinciano y limitado, el único por ella directamente conocido, extrajo novelas como Orgullo y prejuicio (1813), por citar la más divulgada. Por su crudo verismo destacan los poemas descriptivos de George Crabbe, como La aldea (1783), pero de este mismo periodo son dos excepcionales figuras de la poesía universal: el escocés Robert Burns (1759-1797), el más grande poeta en scots, instintivo cantor de las costumbres populares y de la naturaleza de su tierra, y el poeta visionario londinense William Blake (1757-1827), de una intensa originalidad en los Cantos de inocencia (1789) y los Cantos de experiencia (1794), inclinado a la profecía apocalíptica y al alegorismo místico (Burns y Blake fueron los primeros en ser interpretados críticamente por Swinburne).

jueves, 1 de marzo de 2018

18 LITERATURA UNIVERSAL: HUMANISMO Y RENACIMIENTO II

EL TEATRO FRANCÉS DEL SIGLO XVII. CORNEILLE Y RACINE

Precedente principal del teatro que se desarrollará en Francia en el siglo XVII, cuya evolución marcaría de una forma decisiva la llegada al poder del cardenal Richeliu en 1624, es la obra ya señalada de Robert Ganier, fallecido en 1590. El teatro a finales del XVI es básicamente un teatro poético, que para atraer a la gran masa de un público popular carece de recursos para producir la animación de una acción dramática y se mantiene dentro de los decorosos límites de una belleza formal. Sólo con el clasicismo posterior se fundirán el teatro de los poetas y el teatro de acción por breve tiempo el favor de los espectadores gracias en parte al éxito de Honoré d'Urfé. (1568-1625) con la novela pastoril L'astrée (1607-1627), inspirada en modelos italianos y españoles (J. de Montemayor, Gil Polo). 

La tragicomedia halló su consagración durante el reinado de Luis XIII y la comedia y la farsa recogieron, en cambio, la reprobación del público cultivado, que veía en ambas un vergonzoso placer. 

El género más respetado era el de la tragedia, representada entonces por dos hombres de acción: Antoine de Monctchrestien (1575 - 1621), preocupado ante todo por la puesta en escena de sus obras (David, 1601; Hector, 1604), y Alexandre Hardy (entre 1572 y 1632, aproximadamente), el primer autor dramático profesional de los tiempos modernos. Merecen también citarse a Théophile de Viau (Pyrane et Thisbé, 1623). Y H. de Rácan (Les bergeries, 1625). 

Con la estabilidad y la centralización políticas surgió a partir de 1625 un nuevo público, con espíritu crítico y exigencias estéticas, y el cardenal Richelieu intuyó en seguida el valor del teatro como instrumento de prestigio para la monarquía consolidada. El retorno a las tres unidades (de acción, de lugar y de tiempo) de la dramaturgia clásica la proclama como un manifiesto el prefacio que Jean Mairet (1604-1686) pone a su obra teatral Silvanire en 1631. 


"LE CID" DE CORNEILLE

De 1637 data Le Cid de Pierre Corneille, que en cierto modo fue el canto del cisne de los adversarios del establecimiento de las tres unidades clásicas y que levantó por ello gran polvareda. El teatro clásico francés no sólo tendrá leyes o normas, sino también doctrinas, doctrinas que podría discutirse y perfeccionarse y que constituirán un sistema de pensamiento. Respecto al teatro precedente, vino a representar una gran economía de medios (menos personajes, más corta la acción, etc.) encaminada a una mayor eficacia escénica con vistas al espectador. 

Mairet (Sophonisbe, 1634) y Tristan l'Hermite son los inmediatos precursores del gran teatro en Francia, es decir, el de Corneille, Moliére y Racine. El primero de ellos, Pierre Corneille, nació en Rouen en 1606, estudió con los jesuitas y entre sus primeros éxitos dramáticos figura la comedia L'illusion comique (1636), a la que siguió la tragicomedia Le Cid (1637) inspirada en parte en una obra de Guillén de Castro (Las mocedades del Cid) y la obra que inicia su gran carrera de autor trágico, jalonada por Horace (1641), Cinna (1643) y Polyeucte (1643). Del resto de su producción cabe citar también Le menteur (1644) y Nicoméde (1651.)

Dueño de todos los recursos escénicos, Corneille, pese a la libertad y atrevimiento de su estética, se decidió a adoptar las tres unidades clásicas y en cada una de sus piezas teatrales, aportó a la escena alguna novedad; así, por ejemplo, en Agésilas y en Androméde (piéce á machines). 

Con Descartes compartió Corneillela confianza en la razón deliberativa y en la generosidad y creó un héroe específicamente "corneliano", al que distinguen los tres atributos, que osn la libertad, la voluntad y la lucidez. Tradujo así mismo la Imitación de Cristo, de Thomas de Kempis, y dejó varios textos teóricos (Discours de trois unités, 1660). Entre sus últimas producciones figura la tragedia Suréna, fechada en 1674. Falleció diez años después en París, a edad avanzada, antes de que Racine estrenara Esther. 


La comedia en Francia: Moliére

La tercera gran figura del teatro clásico francés es la de Jean-Baptiste Poquelín, llamado Moliere (1622-1673), que dominó el teatro cómico de su tiempo y que sobresalió a la vez como escritor y como actor. Nacido en París, era el primogénito de un tapicero del rey y entre 1636 y 1641 fue alumno del colegio de los jesuitas de Clermont (en París), llegando a licenciarse en Leyes en Orléans. En 1643 fundó junto con su compañera la actriz Madeleine Béjart el grupo teatral L'Ilustre Théatre y de 1645 a 1658 llevó una vida errante de actor en provincias. 


Director de la compañía en 1652, inició entonces su actividad de comediógrafo y de vuelta en París en 1658 se ganó el favor del rey Luis XIV y trabó amistad con Racine, La Fontaine y Boileau. Conquistada la corte, la troupe de Moliére pasó a ser, a partir de 1665, la troupe du Roi. Con la versión definitiva de Le Tartuffe, que en su primera aparición levantó las iras de los devotos, Moliére obtuvo en 1669 el que probablemente puede considerarse como el mayor éxito teatral del siglo XVII. Aunque triunfante en toda la línea, las continuas luchas y rivalidades que hubo de sostener no dejaron de proporcionarle sinsabores y amarguras, que se transparentan en sus piezas Don Juan, ou le festin de pierre (1665). Le misantrope (El misántropo, 1667). Georgé Dandin (1668) y L'avare (1668), inspirada en la comedia de Plauto y auténtica obra maestra. Sus últimas obras, siempre representadas con gran éxito se caracterizan por plantear problemas más frívolos y por dar un más amplio margen al entretenimiento, al puro divertimento. En 1673 murió Moliére, pocas horas después de haber interpretado por cuarta vez su comedia Le malade imaginarie (El enfermo imaginario, 1673). De su variada producción dramática, iniciada con el éxito de Les précieuses ridicules (Las preciosas ridículas) en el año 1659, sátira burlonesca del ambiente cultista y preciosista del Hotel Rambouillet, cabe destacar Le Tartuffe (El hipócrita) ya anteriormente citado –estudio de un carácter que es quizá su mejor logro– Le médecin malgré lui (El médico a palos, en traducción de Leandro F. de Moratín, 1668), así como las obras referidas más arriba, Le malade imaginaire, L'avare y Le bourgeois gentilhomme (1670), donde crea la comedia de costumbres.

Su habilidad en el desarrollo de la acción y la extraordinaria pintura de caracteres hicieron de él el primer modelo de la comedia en la Europa del siglo XVIII y ejerció así mismo una considerable influencia en el teatro español. Merecen citarse también Jean de Rotrou, Thomas Corneille, hermano de Pierre, y Paul Scarron. 


Le Tartuffe. 

17 LITERATURA UNIVERSAL: HUMANISMO Y RENACIMIENTO

El humanismo fue uno de los tres grandes movimientos espirituales (junto con el Renacimiento y la Reforma) que precedieron a la entrada en la modernidad. Sin embargo, no todos los especialistas en la cuestión parecen estar de acuerdo sobre las diferencias entre humanismo y Renacimiento y son no pocos los que sostienen la existencia de una línea continua entre la Baja Edad Media y el Renacimiento e incluso la arbitrariedad que contiene la diferenciación entre la Edad Media y Edad Moderna. 

A Petrarca y a Boccaccio tanto cabe clasificarlos dentro del humanismo como situarlos en el Renacimiento. Lo que sí es cierto, por ejemplo, es que ambos movimientos coinciden en demasiadas cosas (retorno a los clásicos grecolatinos, transformación de la caballería en anacronismo por caducidad del "idealismo" e irracionalismo que le sirven de soporte, aparición de una nueva economía, de una nueva sociedad y también de una nueva idea de estado, etc.). El diferenciarlos nos llevaría a salirnos del contexto en que se inscribe esta síntesis. Aunque los centros más importantes del movimiento humanista fueron las cortes y las cancillerías estatales, su clientela la formaron principalmente comerciantes acomodados y otros elementos que habían adquirido riquezas y prestigio con la aparición de una economía de lucro, que colocaba en primer plano las necesidades prácticas y la racionalidad. 

En la concepción humanista y renacentista del arte y la literatura, dos son los elementos fundamentalmente nuevos y originales: el descubrimiento del concepto de genio vinculado a la conciencia de la individualidad (señalado por le historiador A. Hauser) y la idea de que la obra de arte es la creación de una personalidad autocrática. Es decir, atendiendo a su etimología "que gobierna por sí sola". De ahí se derivarán el deseo de originalidad y la idea de propiedad intelectual, resultado de que el arte ya ha dejado de ser exclusivamente representación de la divinidad y se ha producido el ascenso o promoción de quienes lo cultivan y la aparición de la figura del trabajador intelectual libre en sustitución del artista en cuanto artesano pequeño burgués. 

Por otra parte, el humanismo en sí, inserto en el Renacimiento, no designa otra cosa que el hecho histórico del remozamiento de los estudios clásicos que arraigó en Italia o en la literatura italiana del siglo XIV y que tuvo quizá como principales protagonistas a Petrarca y a Boccaccio y al círculo en torno a ellos surgido. 

LA "HUMANITAS" DE L. BRUNI

En 1428 un florentino, Loenardo Bruni, inserta en una oración fúnebre la palabra humanitas que es la voz latina equivalente a la griega "filantropia", es decir "amor a la condición humana", que Esquilo aplicó por vez primera a la benevolencia de Prometeo con relación a los hombres, e hizo de ella el ideal que fascinó a los hombres del Renacimiento, con la mirada puesta en Atenas antes que en Roma. 


Con el término "humanista" se designó en la Italia de entonces al profesor de literatura clásica, o grecolatina, y con el objetivo de formar un hombre nuevo proliferaron por toda Europa los studia huanitatis, contrapuestos a los medievales. 

Ilustradora de la corriente, es por ejemplo, la recomendación que en el Gargantúa y Pantagruel del francés Rebelais hace el primero a su hijo, Pantagruel, de que se dedique sobre al estudio del griego y del latín, a fin de restituir a las letras la luz y la dignidad que éstas se merecen. 


De Tomás Moro a Campanella (el autor de la utopía Citta de sole), de Rebelais a Maquiavelo, pasando por Montaigne y Erasmo, entre tantos otros nombres puede decirse que el humanismo, que no es tal vez otra cosa que el genuino soporte de lo que llamamos, Renacimiento, tiene su época de mayor apogeo en el siglo XVI y que la vigencia de muchos de sus valores no ha perdido hasta hoy su inmarcesible fuerza y difusión. 

PRIMERAS MANIFESTACIONES RENACENTISTAS EN ALEMANIA Y EN INGLATERRA

En Alemania se registra en torno al año 1450 una importante labor de los humanistas en el campo de las traudcciones y al mismo tiempo nace la prosa artística alemana. 

En la primera actividad descuellan Heinrich Steinhowel, que cursó estudios de medicina en Viena y en Padua y tradujo el Apolonio de Tiro (Apollonius von Tyrus), en 1471 y la versión en latín de Petrarca del cuento de Boccaccio de Griselda (Griseldis), también en 1471, además de la recopilación de fábulas tituladas Esopus a partir de 1476 (con materiales precedentes de Pedro Alfonso, de Poggio Bracciolini y otros), y Niklas von Wyle (entre 1410 y 1478, aproximadamente), que contribuyó al desarrollo de una genuina prosa artística a através de sus tracciones de los humanistas italianos (Boccaccio, enea Silvio, Poggio Bracciolini, Petrarca,  entre otros autores). 

Una mayor trascendencia alcanzan las traudcciones que hizo Martín Lutero del nuevo Testamento (en 1522) y de la Biblia (traducción íntegra en 1534), obra de Lutero de tal trascendencia que lo convierte, sin lugar a dudas en el escritor alemán más relevante hasta las postrimerías del siglo XVIII o hasta la época de Goethe. No tanto relieve tienen sus composiciones realizadas con fines litúrgicos, labor secundaria si se la parangona con la aportación que hizo a la fijación de una prosa de reflexión (a la que con él contribuyeron los escritores místicos –Eckhart, Tauler y Seuse– ya señalados). Sin embargo, lo más leído entonces fueron los llamados Volksbucher (libros populares), ya de tema legendario, o bien humorístico, entre los que ocupa lugar aparte por su posterior repercusión y eco el que trata del doctor Johann Fausten, famoso hechicero y nigromante. 

El género dramático en boga largo tiempo en Alemania fue el de los Fastnachtspiele (es decir, autor carnavalescos). Sin embargo, cabe decir en resumen que en la literatura alemana el Renacimiento sufrió un retardo que vino a hacerlo coincidir en su expresión más pertienente con el periodo del barroco, fenómeno que también en gran parte de produce en el caso de Inglaterra, donde la influencia de Chaucer no se extingue facilmente y encuentra sus más próximos herederos y en las figuras de Thomas Occleve (1370 - 1454) cesores cabe incoprporar el nombre de sir Thomas Clanvowe (muerto hacia 1410), autor del poema alegórico The cuckoo and the nightingale (El cuco y el ruiseñor), compuesto alrededor de 1403. 

La herencia de Chaucer dio frutos bastante más positivos en tierras de Escocia donde brillaron los poetas Robert Henruson o Henderson, que entre otras obras produjo The testament of Cresseid (El testamento de Criseida), continuación del Troilo y Criseida de Chaucer, y William Dunbar (entre 1460 y 1520, aproximadamente), que entre otros títulos compuso en inglés medio, poemas como The goldyn targe (La alargada de oro) y The thrisill and the rois (El ardo y la rosa) y otros escritos en dialecto escocés, exentos de la artificiosidad y exquisitez de los anteriores. Fue bajo el reinado de Enrique VIII (1509 - 1547) cuando se inició el Renacimiento en Inglaterra a partir de Romas Moro (1480 - 1535), que describió un estado ideal de tipo platónico en su libro sobre la isla Utopía (1518) y de los osnetistas sin Thomas Wyatt (1503 - 1542) y el conde Surrey (Henry Howard) (entre 1517 y 1547 aproximadamente). Entre 1500 y 1600, hitos convencionales, Renacimiento y barroco, tuvieron en Inglaterra su época de esplendor, época que por su misma riqueza creativa exige tratamiento más extenso. 


PLENITUD DEL RENACIMIENTO EN FRANCIA

Tras las obras de Villon, de Jean Lemaire de Belgas (Les ilustrations de Gaule et singularités de Troye) –aficionado a las genealogías heroícas al que se podía calificar de cultivador del escapismo más flagrante– y de Pierre de Gringore (Maistre Pierre Pathelin), Francia ve encarnado el espíritu renacentista en la época de Marguerite d'Angoulette (1530-1550), hermana de Francisco I, a la que guiaba una curiosidad universal y un gran respeto por todas las vocaciones que en torno de ella vinieron a cristalizar. 

Adoptando como modelo a Boccaccio, escribió el Heptaméron des nouvelles, que apareció a título póstumo entre 1558 y 1559 y que se ha definido como una suma o compendio práctico de anécdotas útiles para la edificación de honestas damas. A su corte se acogieron figuras como las de Clément Marot (1496-1544), traductor de Salmos y autor de elegantes elegías y epigramas que le valieron ser considerado un precursos de la Pléiade, o un Maurice Scéve (1503-1560), el autor Déile (anagrama de "l'Idée"), deudor de Petrarca en una poesía refinada y hermética que caracteriza la denominada école lyonnaise y que se inspira Pernette du Guillet, poeta de la misma estirpe. También a esta escuela se adscribe otra figura de mujer: la de Louise Labé (1525 -1566), que compuso veinticinco sonetos de inspiración platónica, tres elegías y un Débat de folie et d'amour, publicados en un volumen en 1555 y expresión de una extraordinaria sensibilidad y de un raro dominio del verso. Hay que citar también en esta misma vertiente de poesía femenina el nombre de Hélisenne de Crenne. 

En otro extremo se coloca Francois Rabelais (1494-1553), genial creador de la epopeya bufa que componen los cinco tomos que se titulan Pantagruel (1532), Gargantúa (1534), Tiers livre (1546), Quart 1548-1552)  y Cinquéme livre (1564. En su obra enuncia y discute con humor todos los problemas que los humanistas franceses de comienzos del siglo XVI se plantearon con incontrovertible talento y no sólo los aborda, sino que también les inventa originales soluciones. Su constante preocupación en confeccionar una lista lo más amplica y rica posible de todos los tipos humanos: en el ejercicio de su profesión y en los sinsabores y humildes placeres de la vida cotidiana. Discípulo fiel de Erasmo de Rotterdam en el desdén hacia las prácticas supersticiosas que la providencia le ayuda a mantener, trató de perpetuar en el lenguaje los hallazgos brillantes de la época de los llamados rhétoriqueurs (Guillaume Crétin, Georges Chastellain, Lemaire desde Belges, etc.), enlazando de esta manera con los autores barrocos de finales del siglo XVI. 










16 LITERATURA EN LA EDAD MEDIA: PARTE VI

FINAL DE LA EDAD MEDIA EN FRANCIA 

El lirismo personal, con nombre de autor concreto, hizo su aparición en Francia con la figura ya comentada de Rutebeuf, cuya carrera literaria se desarrolló entre 1245 y 1280. Autor de la Dit de l'heberie (Dicho de la herboristería), monólogo cómico y del famoso Miracle de Theóphile este precursos de Francois Villon compuso también poemas satíricos y alegóricos al lado de otros de carácter eminentemente lírico. 


Poeta evocador del arte de amar y reputado historiador fue Jean Froissart (1337 - 1404), que en sus Chroniques (1371 - 1400) nos dejó un vívido testimonio, aunque parcial de las luchas europeas de su tiempo. En contraste con Froissart, Eustache Deschamps (entre 1346 y 1407), el gran poeta fracnés de la segunda mitad del siglo XIV, describió en sus poemas la vida cotidiana de su época, poniéndose él mismo en escena y reconoció su deuda con Guillaume de Machault (1300 - 1377), compositor y poeta, al que llamó irónicamente le noble rhétorique. También a Chaucer, el autor de los Canterbury Tales, le dedicó Eustache Deschamps una balada y toda su obra poética. 


De la primera mitad del siglo XV destacaron, sobre todo, Alain Chartier, que alcanzó su mayor logro en La belle dame sans merci, poema de tema amoroso que tuvo gran resonancia, y Chrstine de Pisan (1364 - 1430), que fuer una auténtica femme de letres (en el sentido de que vivió de su labor literaria) y que en sus improvisaciones poéticas siguió Art de Dictier de Eustache. Fue suya la idea, calificada de "ingeniosa", de hacer imprimir sus obras en ediciones de lujo, que luego ofrecía a los representantes de la élite de la época. Dejó también lo que es un documento histórico: Les lamentations sur les maux de la guerre civile (Lamentaciones sobre los males de la guerra civil). 

Francoix Villon

Más universalmente conocida es la figura de Francois Villon, que muy probablemente nació el mismo año de la muerte en la hoguera de Juana de Arco en el seno de una humilde familia y que fue adoptado por un capellán, que le dio el nombre de Villon. Grcias a este protector, Villon, de verdadero nombre Francois de Montcorbier, alcanzó el título de licenciado en artes en 1452. Acusado del asesinato de un clérigo en trifulca, el poeta tuvo que huir de París y andar errabundo por diferentes regiones de Francia. Se sabe que en Blois participó en unas justas poéticas organizadas por Charles d'Orléans (1458). Detenido en París, fue condenado a la horca en 1463, pero la pena de muerte le fue conmutada por la de diez años de destierro. A partir de esa fecha se puede decir que su rastro se perdió para siempre. Las dos obras mayores de Villon, que son Le lais (El legado) –obra impropiamente llamada Petit testamenty el Testament (mal llamada Grand testament), pueden curiosamente ponerse en relación con momentos conocidos de su vida Le lais o El legado, lo escribió el poeta el mismo día en que cometió un robo en el Colegio de Navarra, esto es, el 24 de diciembre de 1456; el Testament  lo compuso en 1461, cuando salió de la cárcel de Meung. 


Ambas obras, la una compuesta de 320 versos y la otra de más de 2000, no aparecieron hasta 1489, ya sin duda fallecido Villon. El legado presenta el carácter de una sátira personal y en él se mezclan los nombres de destacados personajes con los de individuos de la truhanería que trató Villon; el Testamento se brinda, en cambio, como una especie de antología de la obra del autor, con un hilo narrativo en el que se han ido metiendo distintas piezas. Entre sus poemas más memorables cabe citar su célebre Epitafio o Balada de los ahoracos, donde el poeta se imagina ya estar colgando de la horca "desecado y ennegrecido" por el sol, y las Balada de las damas de antaño y Balada en antiguo francés, donde alternan significativamente elementos tipicamente medievales con soluciones que ya son característicamente renacentistas. Interpretada a veces como obra en clave, la poesía de Villon es el prototipo de poesía descarnada y patética, fruto de su tiempo, y en su dramática concentración hizo de Francois Villon el más famoso y popular de los poetas de la Edad Media. 


LITERATURA CORTESANA Y "MEISTERSINGER"

Aunque también en Alemania floreció en los siglos XIII y XIV una literatura cortesanas, sus principales muestras no han trascendido más allá de sus fronteras. Entre sus exponentes cabe citar los nombres de Wernher der Gartenaere (segunda mitad del siglo XIII), autor de Meier Helmbrecht (entre 1246 y 1282); del llamado Freidank, al que se debe el poema didáctico Bescheidenheit (literalmente, Modestia), fechado en torno a 1229; de Hugo von Trimberg (1230-1333), que compuso Der Renner (El corcel) entre 1290 y 1330, poema en el que conviven lo alegórico y lo didáctico y finalmente, el de Heinrich Wittenweiler, al que se atribuye Der Ring (El anillo), de comienzos del siglo XV). 

Más importantes que estas manifestaciones de la literatura burguesa que se sitúan en el marco de la literatura europea de la época, son, desde luego, la aparición de los Meistersinger (maestros cantones), herederos de los Minnesinger, y de los místicos, presididos por la figura más relevante del maestro Eckhart. Los Meistersinger, poetas burgueses alemanes de los siglos XIV, XV y XVI, adoptaron como ilustres predecesores a figuras como las Walther von der Vogelweide y Wolfram von Eschenbach, aunque reemplazaron los temas eróticos de la primitiva lírica por los religiosos y didácticos. Se caracterizaron por estar constituidos en gremios y antes de alcanzar el título de Meister (maestro) el aspirante a serlo debía pasar por los grados de Schuler (alumno), Schulfreund (amigo de escuela), Singer (cantor) y Dichter (poeta). 

A pesar de ser ya Meister, el así consagrado debíaconstreñirse a unas ciertas leyes de expresión. Los más célebres de los Meistersinger son, indudablemente Hans Folz, que murió hacia 1515 y que introdujo el derecho de los Meister de Nurenmberg a introducir nuevas melodías y nuevas estructuras métricas y sobre todo, Hans Sachs, al que el compositor Richard Wagner popularizó como protagonista de su ópera Los maestros cantores de Nuremberg. 

Hijo de un sastre llamado Jorg Sachs, Hans Sachs fue el representante más notable de la literatura burguesa alemana del siglo XVI. Frecuentó a los humanistas y en honor de Martín Lutero compuso Die wittembergische Nachtigall (El ruiseñor de Wittemberg, 1523). Favorablemente acogido por el mundo pequeño burgués de Nuremberg, destacó tanto en la poesía lírica como en la creación dramática, de la que ya se han citado algunos títulos.